Lo haré por ti, Mamá.

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~ Típica mañana de mayo, con un sol resplandeciente, bajé a la cocina después de varios intentos de dejar la preciosa y cómoda relación con mi cama. Al bajar, solamente encuentro la nota vieja y arrugada que se había tornado color beige, con esas manchas carmesí en las esquinas y el centro, no sabía por qué la conservaba, solamente me recuerdan en el día en el que lograron quebrarme, solamente me recuerdan a el día en el que todo cambió para mi, solamente me recuerdan al día en el que juré hacer venganza con mis propias manos en aquella, para mi, muy lejana región.

~  ¿En dónde han quedado mis modales? Mi nombre es Lyra, actualmente no soy la misma de antes, no desde aquel incidente, que, no solo cambió mi vida, cambió mi manera de ver a la sociedad, de ver a las personas.

~  Antes vivía en Kanto, una hermosa región, con envidiables paisajes, crecí bastante feliz junto a mis amigas Sana y Leaf, sin contar a Dahyun, una chica que siempre estuvo en mi corazón, claro, eso antes de que pasara lo que pasó... Todo empezaría normal ese día y sería otro día más en Kanto, o al menos eso parecía para mi, despertando como de costumbre, por la aparición de los molestos y ruidosos Pidgey y Spearow, después de convencerme de que estaba más despierta que dormida me levantaba, siempre con mi cabello vuelto un total desastre, de verdad, a veces me cuestiono sobre mis ascendencias. 

~  Caminé por el interminable pasillo, hasta llegar a la cocina, mi madre y padre, como siempre, allí, mi madre haciendo la comida y el café para mi padre, mientras que él leía el periódico antes de salir a trabajar, los saludé como de costumbre, después me senté a la mesa, mi madre me dio mi plato de comida, ni corta ni perezosa empecé a engullir la deliciosa comida, una vez terminé mi padre salió al trabajo, después me cambié la pijama, salí de la casa y fui directamente a la casa de Sana, luego juntas fuimos a la de Mina y nos dirigimos al bosque, allí jugamos con los Pokémon.

~  Todo iba bien, Dahyun es nos había unido y de verdad, que siempre había estado junto a ella desde que llegó como una niña que le daba hasta pena preguntar la hora. Pasó el tiempo y decidí volver a mi casa, tenía hambre y quería almorzar, al entrar encontré el horror, para una niña de 9 años, tenía bastante en claro que eso, no era jugo de tomate.

—¿Mamá? -Pregunté, no recibí respuesta alguna.

—¡¿OMMA?! -Pregunté exaltada, ahora si que estaba nerviosa.

—¿Estás en la coci...?

~  Caminé a paso lento, esquivando el riachuelo de sangre que salía desde la cocina, un escalofrío, junto a un estupor que me derrumbó al suelo sin poder mover si los ojos al ver a mi madre, totalmente desnuda, con rasguños, moretones, golpes, cortadas y, más allá de lo que una primera vista me dejó ver, un cuchillo clavado de lleno en su cuello, no podía reaccionar, nada me respondía, me sentía como en una parálisis del sueño, sentía presión en el pecho, no podía moverme, aunque sin embargo, estaba llorando, silenciosa y de manera inconsciente, aún así podía sentir, podía sentir las lágrimas cayendo por mis ojos, ninguna se detenía en su camino, todas solamente buscaban salir de mi.

~  Hasta que al fin tomé la voluntad para dejar de ver la hórrida escena frente de mi, volteé mi cabeza y mi cuerpo empezó a responder, al levantarme, tambaleé un poco antes de darme cuenta de que todo era peor a lo que había visto, las manos de mi madre no estaban, tenía marcas por todas partes, y había una nota junto a ella, tenía esa maldita marca, aquella que me recordaba que odio a los seres humanos, maldito Team Rocket -Decía para mis adentros-.

~  No solamente estoy destrozada por mi madre, sino furiosa, no lo dejaría pasar así como así, salí de la casa a gran paso, me valió haber pisado y re-pisado la sangre espesa y coagulada, salí corriendo fuera de la casa, Sana me vio; intentando llamar mi atención, solamente me volteé y seguí corriendo por el frondoso bosque, a cada minuto sentía las lágrimas que salían de mis ojos, las secaba con la manga de mi suéter, solamente quería tomar venganza, me detuve en un momento, recostándome junto a un árbol.

Annual Writing Contest II ~Phany~Where stories live. Discover now