Levantarse con el pie derecho

Levantarse con el pie derecho no siempre indica el inicio de un agradable día

No era la primera vez que amanecían juntos, pero esta ocasión fue un extraño despertar. Cuando usualmente la cama al levantarse parecía un campo de guerra, hoy estaba completamente ordenado.

Empezando por su compañera de vida que era reconocida por su ausencia de delicadeza en ese cuerpo que decía, y que él ha podido comprobarlo, ser femenino. Estaba recostada como la típica dulce princesa en su lecho de sueño, hasta pareciera que se había peinado para la ocasión.

Otra cosa extraña era la sábana, usualmente no amanecía con ella sobre su cuerpo, siempre era su mujer quien se adueñaba ella.

─Buenos días. ─Esas palabras lo sacaron de su trance mental donde estaba analizando la situación. Rara vez ella se despertaba al mismo tiempo que él, podía irse a trabajar, regresar y esa bestia podría seguir dormida. O si lograba despertarla con algún ruido que hiciera en su ida le llovían insultos y golpes, nada parecido al extraño buen humor que traía ahorita.

─Buenos días ─respondió dudoso el saludo.

─Me iré levantando para hacerte el desayuno, vete arreglando no se te vaya a hacer tarde ─indicó mientras se levantaba de su cómodo lecho, haciendo que él imitara su acción y ella se dispuso a tender la cama.

─Me voy a bañar ─anunció y se alejó lentamente de esa extraña escena. Nunca, en su tiempo de casados ni de novios, vio a su mujer hacer la cama.

Después de salir de la ducha un exquisito olor llegó a sus fosas nasales, así que se apuró a vestirse con su uniforme de capitán del primer escuadrón del Shinsengumi y bajo del segundo piso al primero para llegar a su cocina.

─Ya pronto termino de preparar el desayuno, ¿podrías darme los platos para servirlo? ─le pidió cuando iba a travesando la puerta.

─Está bien ─respondió con un intento de recobrar su monótono.

Fue a la alacena y al abrir la puerta para extraer lo que su esposa le había pedido, algo lo golpeo. No supo ni que lo golpeo ni de dónde vino.

─Soukun, Soukun ─escuchaba los gritos de su esposa preocupada─. Sádico ¿te moriste? ─El mismo tono de voz le llamaba pero esos si concordaban con los que él recordaba ─. Hey sádico si te mueres, me dan pensión ¿verdad? ─Empezó a sentir unos piquetes en su cuerpo.

─Ya, ya. ¿Qué pasó? Ni que te fueras a librar de mi tan fácil ─. Se levantó como pudo pero rápido sintió un gran dolor en su cabeza.

─Te caíste en el baño, te resbalaste con el jabón ─explicó la causa de su malestar ─. Eso me despertó, deberías tener más cuidado de no hacer tanto ruido. Ya le llamé al gorila, me dijo que te podías tomar la mañana libre. Así que hazme de desayunar que ya tengo hambre, llevas inconsciente casi dos horas.

─Oh ya, era producto de un golpe ─concluyó la causa de su vivencia pasada.

─Tu idiotez es producto de muchos golpes en tu cabeza ─externo su esposa.

─Si lo que tú digas.

─Antes de traerte a la cama te saque muchas fotos de tu cai... ─La calló con un intenso beso, esa era su verdadera china y así lo prefería.

FIN