Capítulo 5

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Ignacio y Ofelia hacen el amor al haber estado ya casados, ella se le entrega por amor y como esposa, él solo como esposo, no podía sentir algo.

Natalia visita a Germán para ver su estado de animo y él le dice: "Extraño mucho a Ignacio, era mi mejor amigo, entiendo que se fue para dejar todo lo que lo destruyo aquí, pero porque no se despidió de mi, nunca lo deje solo cuando me necesitaba", Natalia solo lo abraza.

Ignacio le presenta a Ofelia su nueva casa pues aun vivían separados, por su parte, Ofelia también le da una noticia, esta embarazada, él se alegra, por fin tendría un hijo, alguien que aseguraba jamas lo dejaría solo.

Natalia se pregunta como quedo o esta la casa después de todo lo que sucedió, Germán que fue quien visito la casa hace poco, le dice: "En muy malas condiciones, todo esta sucio, tirado, muchos papeles rotos, como también fotos, parece como si hace muchos años nadie viviera en esa casa, esta muy descuidada, Natalia pobretea a Ignacio.

De noche
Ofelia esta muy emocionada por la criatura que espera.

Ignacio mando a trabajadores a darle los toques finales a la casa, uno de ellos es tapar hasta la mas pequeña fuga de luz solar, mando a tapar ventanas, y cualquier parte de la casa donde se filtrara luz natural.

A la mañana siguiente, muy temprano, Ignacio visito la tumba de Lorena y le dijo: " Es la ultima vez que te visito, jamas volveré por aquí, nunca mas vendré a llorar tu tumba, pero eso si, jamas podre amar a nadie que no seas tu, jamas volveré amar con la fuerza con la que te ame a ti, aunque te hallas ido y me hallas dejado solo y con esta infelicidad, sabes que te amo pero jamas perdonare tu muerte". En la noche del mismo día, las calles estaban solitarias, Ignacio quemo la casa donde vivió antes de todo lo ocurrido, quemo y destruyo los recuerdos, pero no los mato, pues dentro de él, lo atormentaban día a día.

10 AÑOS DESPUES
Ofelia le dice a Ignacio: "Ya no estoy embarazada, y sigues sin dejarnos salir, no me dejabas salir porque embarazada me podía pasar algo, ¿y ahora?", Ignacio le responde: " Pues vete acostumbrando, de esta casa nadie va a salir ni ver el mundo exterior, el único que saldrá y convivirá con los que están afuera de estas cuatro paredes, sere yo; la calle, el mundo es peligroso y no permitiré que les pase algo a ustedes, adiós, tengo que ir a trabajar". Sale rápidamente.

Ofelia llora y no puede hacer nada, pues la forma de ser de Ignacio, y el estar encerrada durante 10 años sin asomarse tan siquiera a la calle, la convirtió de una mujer optimista a una mujer débil y sin valor, nadie podía ver por alguna ventana, todas estaban cubiertas, en la idea de Ignacio, estaban cubiertas de cariño y protección para que nada le pase a su familia, el único filtro de luz, era en el patio trasero donde únicamente se podía observar el cielo, solo el cielo y nada mas. De esa tenebrosa casa, nadie de los que vivían ahí salia, estaba prohibido, solo Ignacio era quien salia y entraba de ahí.

Tocan la puerta de la habitación de Ofelia, ella sabiendo quien era, se limpia las lágrimas y abre, entra su hijo, el pequeño Cristián, bueno, ni tan pequeño, ya contaba con 10 años de edad, él nuevamente iba a leerle otro nuevo poema escrito por él mismo; a su vez Allisson era una niña de 8 años amante de las danzas folklóricas, hija también de Ignacio y Ofelia; con una amplia imaginación, de un hermoso y extenso paisaje, Allisson se ve bailando como nunca, hasta que nuevamente despierta a su realidad y se da cuenta de que es un sueño imposible pero no se desanima pues en la puerta aplaudiéndole esta Ofelia (su mamá) y su hermano, Cristián.

AsfixiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora