CAPITULO 1

42 3 1
                                    

“No puedo cree que ya voy tarde y apenas es mi primer día,” eso pensaba mientras corría para llegar a la primera clase, cuando de la nada algo o más bien alguien,  interrumpió mis pensamientos, y se interpuso en mi camino, haciéndome caer, el estruendo hizo que todos mis libros resbalaran de mis manos, me talle los ojos e intente recuperarme del golpe que me había causado la caída, ya estando un poco mejor comencé a tomar mis libros y me prepare para lo que sea que fue a pasar, jamás había sido muy paciente y no me importaba tener que causar una pelea con tal de defender la poca dignidad que me quedaba, así que voltio hacia arriba donde una mano me indicaba ayuda, por lo que comencé a tranquilizarme, me sacudí las piernas y retire la mano de aquel chico, me levante y estuve a punto de gritarle, cuando con un tono algo seductor y una mirada irresistible aquel chico me dijo:

-Lo siento mucho bonita, es que olvide mi mochila en el casillero y ahora voy tarde a química, es el primer día, no nos podemos dar el lujo de quedar mal ¿o si linda?

-Pues ahora yo quedare mal, así que gracias y por favor, guárdate tus falsas disculpas – dije molesta pero a la vez tranquila por su amabilidad.

Se dio la vuelta y comenzó a caminar, pero en cierto punto se detuvo y regreso.

-Por cierto mi nombre es Evan.

Estiro la mano con una sonrisa en la cara, pero con una mirada que no podía interpretar, así que decidí no responderle el gesto de amabilidad.

-Yo soy ________, bueno, ya sabes cómo me llamo ahora larguémonos cada quien por su lado.

-Muy bien- me dijo entre risitas.

-Bien- respondí molesta.

“Muy bien” que era esa clase de respuesta, un por mi mejor o tal vez un pues ya que, mientras yo me revolvía en mis pensamientos el comenzó a caminar y se perdido entre los pasillos, me hubiera quedado buscando, de no ser porque recordé que hace tan solo un par de minutos trataba de llegar a clase, al principio me apresure pero como me di cuenta de que ya iba bastante tarde decidí irme con calma hacia el aula, cuando finalmente llegue hay, toque la puerta, donde una mujer de aproximadamente 40 años me recibió.

-¿Qué se le ofrece jovencita?- dijo ella con un tono que expresaba molestia por la interrupción a su clase.

-Buenos días maestra, mi nombre es _________ soy nueva aquí y se me hizo un poquito tarde- dije apenada

-Entonces es que a usted 25 minutos se le hace solo poquito tarde- dijo aún más molesta

-Lo siento mucho- dije con miedo

-Pues no pierda más el tiempo, pase ya a buscar asiento

Asentí con la cabeza, me dirigí al único asiento vacío que había y me senté.

-Bueno clase, como verán tenemos una nueva alumna, la señorita ________ que pasara a presentarse como castigo por su retraso

Me puse de pie y comencé a decir lo primero que se me ocurrió

-Mi nombre es ________ nací el 13 de Mayo, tengo 16 años y pues ya

-¿De qué escuela vienes?—dijo un alumno al fondo

En ese momento mi mente se nublo, no recordaba de que escuela venia, pero ¿Por qué? Como no supe que responder baje la cabeza y apresure el paso hacia el asiento, acción que provoco risitas y de seguro muchas críticas.

Intente ignorarlo y poner atención a la clase de algebra, que durante 2 horas la maestra repito lo mismo una y otra vez, después fue español, luego lógica y al final inglés, al finalizar simplemente la campana que indicaba el receso se dignó a sonar, me levante de mi asiento preocupada porque no había hecho ninguna amiga, por lo que tendría que estar sola los siguientes 30 minutos.

-Hola, me llamo Mariana, mucho gusto- dijo una chica que se posaba frente a mi con una enorme sonrisa y un libro en manos.

-Hola, mucho gusto- dije alegremente, por fi un gesto de amabilidad, pensé

-No te preocupes por lo de tu presentación, ya se les pasara- me auguro

-Eso espero, porque no soportaría ser el hazme reír de todo el instituto

-Te aseguro que no lo ser ¿tienes alguien con quien pasar el receso?

-La verdad no, digamos que no soy buena haciendo amigos

Nos dirigimos a la cafetería donde nos sentamos en la mesa con otras dos chicas y cuatro chicos.

-Hola chicos ella es ________ es nueva y hay que acoplarla- dijo Mariana con una sonrisa

-Hola, yo soy Alice, ella es Sam y ellos son Mike, Claudio, Ehtan y Andrew

-Mucho gusto- dije alegre de conseguir amigos

-Te explicaremos cómo funcionan las cosas aquí- dijo Andrew y al ver mi interés prosiguió.

-Ese es el grupito de los deportistas, se sienten mucho por sus habilidades en futbol o tal vez basquetbol, las de aquella mesa todo mundo las llama divas o creídas, son bobas y solo ven lo exterior, los de allá son los rebeldes y supongo que no necesitan explicación, solo diré que son peligrosos pero te hacen sentir genial.

-No suena tan mal- dije con la mirada en este último grupito

-No lo es – dijo Alice. Es solo que a Andrew lo sacaron de ese grupito.

Después toda la conversación contaba un poco sobre sus vidas, Alice era una chica muy dura y valiente que forjo su carácter con base a los problemas en su casa, Sam era alegre y amaba la música como si fuera lo único que importara, Mariana era tierna y simpática, además amaba la lectura, Mike quien por cierto era bastante apuesto, parecía tener ondas como Mariana, que según lo que escuche se conocían desde pequeños, los demás chicos no hablaban mucho, pero eran bastante apuestos y se veía que eran buena onda.

Yo seguía buscando las características de cada uno cuando de pronto sonó la campana y me percate de que las próximas cuatro horas de mi vida serian demasiado largas, ya que ninguno de mis nuevos amigos coincidía conmigo.

Nos despedimos y me dirigí al salón, casi iba llegando, cuando alguien me sostuvo de la cintura, sentí el calor de sus brazos y estuve a punto de ceder a sus encantos cuando me percate lo idiota que sería hacerlo.

-¿Qué crees que haces?- dije muy molesta mientras intentaba mirar quien era.

-Tú y yo hoy en tu casa, a las siete – dijo Evan demasiado seguro

-Ni lo sueñes

-Claro muñeca, ponte algo lindo

Me atrajo hacia el y en el momento siguiente solo sentí como sus labios tocaban suavemente los míos, intente retirarme pero sus labios eran tan dulces que me hacían no querer hacerlo, hasta que entre en razón y le di un empujón.

-¿Qué crees que haces?- dije ofendida

-Besarte ¿Por qué? ¿Acaso no prestaste atención? Porque lo puedo repetir

-¿Quién te crees para besarme?- le di otro empujón

-El amor de tu vida- dijo con un tono que me pareció seductor e irresistible, se dio la vuelta y se fue.

Entonces recordé una serie de eventos que no supe distinguir, un beso, una pelea y una despedida, pero con distantes y todos eran con él, todos eran con Evan.

No sabía porque tenía esas imágenes en mente, y solo había una persona que me lo podía aclarar, así que comencé a correr hacia donde pensé que se encontraba, pero no se encontraba en ninguna parte del pasillo, me asome a las aulas una a una, pero no aparecía por ningún lado, y  entonces gire y lo vi, justo detrás de mí se encontraba Evan con una larga y profunda sonrisa.

Como si fuera la primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora