Capitulo 1

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Mi corazón latía descontroladamente, mis manos sudaban y mi mente todavía estaba en shook sin entender como fue que llegamos a esta situación.
La oscuridad no era para nada tranquilizadora, y la estrechez del armario hacía que mi cerebro fallara en un intento de tranquilizar mi cuerpo.
Su irregular respiración podia sentirla sobre mi odio derecho provocando incesantes temblores en todo mi cuerpo.
Sus manos estaban estáticas en mi cintura y su pecho subía y bajaba al ritmo de mis respiraciones, por lo que nuestros pechos se rozaban una y otra vez.
Mi cuerpo ya estaba más que estimulado y solo rezaba para que el no pudiera notarlo.
Mis temblores no cesaban y parecía que hubiéramos estado horas acá adentro, aunque solo hubieran sido minutos.

- Ya está todo bien Jimin Hyung- Dijo, capaz pensando que temblaba por el miedo, me hubiera gustado que fuera por eso.

Sus manos fueron a parar a mi espalda baja, y dejándome llevar, aunque sabía que en la mañana me iba a arrepentir, puse mis manos en su amplio pecho, y le susurré al odio - Jungkook...- sentí como se tensaba debajo de las Palmas de mis manos y como su respiración se aceleraba tanto como la mía.
La necesidad de tantos años me invadió por completo, por lo que susurré denuevo su nombre y mordí el lóbulo de su oreja.

Un caliente gemido salió de sus labios y se llevó la poca cordura que trataba de tener.
Decidí cortar la distancia que teníamos y apoyé todo mi cuerpo sobre el suyo. Con la poca cordura que tenía traté de no frotar mi dura elección en sus muslos, aunque lo que más quería era deslizar mi dureza por todo su espléndido cuerpo.

-Jimiiinn... Q-Que haces? - Un jadeo tras otro podía escuchar de el que trataba de encontrarles sentido a mis acciones.

-Kookiee.. diooos, no aguanto más - Dije, para después empezar a mover mi manos por todo su amplio pecho; sus manos todavía alrededor de mi cintura, se tensaron y apretaron duramente haciéndome estremecer.
Mientras pasaba mis manos por encima de sus tetillas, empecé a atacar su cuello, dejando calientes besos y succionando su blanca piel hasta márcalo.

Sus gemidos eran cada vez más sonoros y yo ya no podía parar.

Mi chorreante polla empezó a frotarse con la suya simulando embestidas.
Quise sentirlo con mis manos por lo que empecé a desabrochar su pantalón, se resistió unos segundos, pero cuando metí mi mano y toqué su dura erección, tembló y arqueó su espalda acercándonos más, si eso era posible.

Sus gemidos me hacían chorrear, y mi mano se deslizaba una y otra vez por su larga polla, su pre-semen goteaba y yo lo usaba para hacer más fácil el desplazamiento, mis dedos frotaban constantemente su cabeza chorreante y su respiración ya no podía ser más errática.

- Tócame kooki.. tócame - Mi polla desatendida seguía pulsando, hasta que sus manos hicieron contacto con ella.

Nos estábamos tocando los dos, en nuestro casa, en un armario, en donde cualquiera de los otros miembros podían oírnos, pero eso solo lo hacía más excitante.
Nuestros gemidos descontrolados y nuestras pollas a punto de explotar, me estaban llevando a la locura.

Lo último que sentí fue como todo mi cuerpo se tensaba, mi gruesa polla liberaba toda su carga debajo de su mano, y como un líquido viscoso era desparramado por toda mi mano.

Todavía en el placer del climax, me digne a mirar la cara de kook, pero una voz impidió mi deseo de besar sus labios y ver sus sonrojados cachetes.

-JIMIN!! JIMIN DESPIERTA! - Los incesantes golpes en mi puerta terminaron de despertarme del magnífico sueño.
Abrí los ojos y observé las paredes blancas de mi cuarto y suspiré como cada noche que tenía un sueño húmedo con kook, que era bastante seguido.
Me senté en la cama y bostecé, estirando todos mis músculos bajo la fina sabana que me tapaba.

Le respondí a Jin hyung para que dejara de llamar a la puerta y me levante para bañarme, la tela de mi pajama estaba manchada de semen como cada noche.
Entre a la ducha y lavé todo mi cuerpo; mi erección todavía seguía dura, pero me negué a tocarla y esperé que se me bajara la hinchazón con el agua fría.

Terminé de alistarme y bajé para comer con mis hyungs. Ya estábamos todos en la mesa menos el maknae.
Pedí a Dios para que no me mandaran a despertarlo, pero mis suplicas no fueron escuchadas.
Resignado subí hasta la habitación de Jungkook y sin tocar la puerta decidí entrar.

Pero fue la peor decisión que pude tomar, y supe que ya nada iba a ser como antes.

No te arrepientas- JK & JMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora