Segunda nota

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Sabes, hoy te esperé como un idiota en el parque. Realmente pensé que te volvería a ver. Pero ni siquiera se quien eres.
     Sólo te vi por un breve instante. Pero fue lo suficiente para que llamaras mi atención.
Tal vez fui un tonto al creer que realmente algún día te conocería y seríamos novios y viviríamos juntos para siempre.
     Quizá no me gustará tu actitud, o serías muy grande para mi, o lo más probable no serías gay.
    
      Ser gay es el problema más grande que he tenido, sólo hay pocas personas que lo saben. Mis padres son lo mayor causa de que yo no haya salido del closet.

Verás ellos son católicos muy conservadores. Desde niño, si les faltaba al respeto me darían golpes hasta que no pudiera caminar más. Eso es motivo por lo cual mis calificaciones son muy bajas y tienen muchas faltas. Y en cuanto algún maestro o alguien empezará a sospechar de lo que sucedía, me cambiarían de escuela.

Ni siquiera yo elegí ser como soy, he intentado corregirme muchas veces. Mis padres me han hecho creer que ser como soy me hace un monstruo ante todos y no debería de existir siquiera. Pero he tenido el apoyo de Sam durante estos últimos años, eso es lo único que no me arrepiento.

No se porque escribo esto con la esperanza de que algún día alguien lo lea. Probablemente terminará tirado, destruido o quemado. Yo mismo me encargaré de eso.

Intentaré olvidarme de ti lo más que pueda. Pero es difícil.

Sabes que es lo más estúpido, ya no te volveré a ver en mi vida. O probablemente si, pero no sepa que eres tu. Quizás ya te conozco.

Como sea.

Esta es la última carta que voy a escribir.

Hasta nunca,
Santi

El chico de la bicicletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora