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Hoy te vi saliendo de la escuela, llevabas tu uniforme, mochila, y un pequeño detalle del cuál me percaté.

Ibas con una chica agarrada de tu brazo. Me hirvió la sangre. Quice ser ella.

Me contuve, no se de donde saqué tanta fuerza interior para hacerlo, pero no hice nada.

Quizá te preguntes si me acuerdo de ti, si sigo sintiendo lo mismo que hace un año, si nuestra amistad sigue en pie.

Y aunque me duela admitirlo, no, no sigue en pie. Está casi tan derrumbada como yo, ya no tengo tus sonrisas en mis mañanas. No tengo nadie que cuente chistes malos, tan malos que te hagan reir.

Me vine a bajo. Y todo por mi culpa, mi maldita culpa. Nunca debía revelar mis sentimientos; si hubiese seguido callada viendo como te enamorabas de ella y no de mi que siempre estuve ahí para ti.

TODO ES MI MALDITA CULPA

Too YoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora