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* Un año atrás *

Estaba caminando nerviosamente por mi habitación, pensando si mi desición habia sido la correcta. De todos modos no había vuelta atrás.

Esa mañana había llamado a Lucas preguntando de quería venir a mi casa a jugar videojuegos y comer pizza.

Tenía planeado antes de la pizza, confesar mis sentimientos hacia él. Quizá sea muy precipitado, pero lo sentía necesario, me estaba consumiendo mis pensamientos.

Sonó el timbre del departamento, salí a la puerta del hall, abrí la puerta, esta me dejó ver a un Lucas sonriente. Le sonreí de igual modo, efusivamente, y me hice a un lado para que pase.

Así lo hizo, jugamos videojuegos durante al rededor de una hora. Pensé que era el momento ideal así que dejé el control en el sillón y me senté mirandolo a la cara. Los nervios me consumían.

El repitió mis acciones y con el seño fruncido me miró.

- Lucas la verdad de porqué estás aquí es que tengo algo importante que decirte.

- Ok, suéltalo.

- Iré al punto. Me gustas, desde siempre. Estoy casi segura que te amo. Quizá digas que es precipitado, pero no puedo evitar sentir esas mariposas cada vez que te veo, o evitar pensar en tí todo el día. No importa lo que dirás, sé que no me correspondes, pero necesitaba decirlo, sacarlo fuera de mí. - ya a este punto lloraba. Hablé todo el tiempo secando mis lágrimas.

Él me miró por unos segundo, supongo pensando que decirme.

- Tienes razón, no te correspondo. Mira Maya, eres una chica muy dulce y buena. Pero yo no te quiero de la misma manera que tú a mí.- después de eso me abrazó. - Maya, eres muy jóven todabía para saber lo que es el amor. Yo solo soy un capricho, tienes todabía una vida por delante, no tienes que estancarte a por mí. Lo siento.

Asentí repetidamente. Me separé lentamdnte de su abrazo sabía que después de eso nuestra amistad estaba arruinada. No había nada que la fuese a reparar.

- ¿Podrías irte y dejarme sola? - pregunté tratando de no sonar tan brusca.

-Bueno. Cuídate - dió un beso en mi cabeza. Lo miré tristemente. Sabía que era lo último que compartiría con él

Luego de eso no volvió a hablarme, salvo en algunas ocaciones que yo trataba de entablar conversación, pero esta era muy incómoda, me despedía y me iba.

Luego de un año llegó Riley y dió vuelta su mundo.

Too YoungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora