Capitulo 3: La feria.

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Cabello’s Cafe



Era domingo y estaba sentada detrás del mostrador de la cafetería. No crean que estaba trabajando, no, hoy era mi día libre y lo iba a aprovechar con alguien especial.

-Te esperan afuera…- La sonrisa de Marielle me hace suspirar, la conozco muy bien y se lo que quiere decir.

-Gracias…- Le sonrío y recojo mis pertenencias, una chaqueta y mi bolso.- ¡Papa, me voy!…- Le grito y el me hace señas deseándome buena suerte.

Salgo de la cafetería y la veo, la veo apoyada en la puerta de su auto con unos lentes obscuros, unos jeans rotos en las rodillas, una musculosa de los rolling stones y su sonrisa impecable.

-¿Lista para el paseo?…- Me sonríe y yo muero.

-Claro…- Me muerdo el labio y luego sonrío nerviosa.

Me abrió la puerta de copiloto y me ayudo a entrar al auto.

-Eres toda una caballera…- Rió ante mi ocurrencia de palabra.

-Soy toda una reina, que consiente a su princesa…- Sonríe.

Lauren Jauregui.

Ella era la encargada de llevarme de paseo esta tarde. ¿Como lo logre?, camino a nuestro destino se los cuento.

Me senté en el asiento de copiloto y ella, rápidamente fue al asiento del conductor.

-¿Preparada?…- Me sonríe y luego enciende el auto.

-Por supuesto…- Le devuelvo la sonrisa y me dedico a fijar mi vista al camino.

Tres semanas espere por esta salida, ¿Mucho no?. Pues, Lauren Jauregui se hace rogar.

Luego de aquella disculpa en la cafetería y el coqueteo antes de irse, Lauren vino todas las tardes a tomar su batido de chocolate durante una semana. Hablábamos muy poco, pero el solo hecho de que este ahí, me hacia sentir especial.

¿Como siguió la historia?.

Lauren me mando una solicitud a Facebook y yo la acepte con gusto. Hablábamos todas las tardes, todo el día, me contaba sus cosas, sus historias, yo le contaba las mías, nada detallado, solo sabia poco de su vida pero sus historias eran divertidas.

Durante esas semanas, Lauren no había vuelto a la cafetería y confieso que extrañaba su rostro y sonrisa.

A los cuatro días de hablar por Facebook, ella me pidió mi numero de teléfono ¿como iba a negarme?, por supuesto que se lo di y fue una increíble idea.

¿Que paso luego?.

¡Uff!. Soy muy cursi debo admitirlo, le mandaba mensajes de buenos días y le deseaba que su día fuera hermoso. Ella respondía de la misma manera y yo sonreía como niña con juguete nuevo.

Pasábamos todo el día hablando por mensajes y coqueteábamos mucho, muchísimo para mi gusto.

¿Saben cuantas veces la invite a salir?. ¡Seis veces!, si, seis y en todas me rechazo poniendo de excusa que no podía o estaba ocupada.

Hoy era domingo y luego de tres semanas ella se digno a hacerme una invitación formal, para salir.

No me dijo donde me llevaba ni tampoco que íbamos a hacer, solo me dijo que iba a pasar por mi a la cafetería y pasaríamos el día juntas.

-¿En que piensas?…- Escucho su voz y la miro, ella esta mirándome con esos ojos verdes.

-Solo pensaba…- Encojo mis hombros y ella se ríe.

-Hemos llegado…- Dice, apaga el auto y se saca el cinturón de seguridad.

No se cuanto duro el viaje, ni tampoco se en que momento salimos de la ciudad. Porque claramente estábamos fuera de la ciudad.

-¿Donde estamos?…- Pregunto mirando por la ventanilla, mientras me saco el cinturón de seguridad.

Ella me abre la puerta del auto y me estira su mano para que yo la tome.

-Toma mi mano y vas a ver algo impresionante…- Sonríe con su mano, todavía estirada.

No lo dudo y tomo su mano, realmente vi algo impresionante, vi como sus ojos brillaban de una manera especial y también sentí como me sonrojaba al sentir su mano entrelazada con la mía.

Caminamos unos minutos y ella se paro frente a mi.

-Cierra los ojos…- Me dijo y yo la mire extrañada.-¡Vamos ciérralos!….- Me insistió y yo le hice caso.

Al cerrarlos ella me tomo ambas manos y me guió unos metros mas adelante.

-Lauren tengo miedo de caerme…- Decía mientras trataba de caminar con cuidado.

-Tranquila…¡ábrelos!…-

Cuando abro los ojos no puedo creer lo que estoy viendo.

Regresemos una semana tras. Estaba hablando con Lauren cuando me pregunta:

¿Hay algo que no hayas hecho nunca?- L.

Tengo apenas 17 años y toda una vida por hacer cosas jajaja- C.

Pero seguramente hay algo que quieras hacer este mes.- L.

Bueno…pero no te rías.- C.

Ok, no me río.- L.

Ok…no conozco las ferias, esas ferias donde comes, te diviertes y te llevas regalos.- C.

¿Es enserio?.- L.

En serio.- C.

Y bueno, señoras y señores Lauren Jauregui me trajo a una feria.

-¡Por dios!…¡no lo puedo creer!..- Tapo mi boca de lo sorprendida que estoy.

-Me has dicho que no conoces una feria y pues….¡aquí estamos!…- Alza los brazos y yo no dudo en abrazarla para agradecerle el detalle que ha tenido conmigo.

Definitivamente mis sentimientos estaban a flor de piel, no sabia que sucedía con ellos pero no le di mucha importancia.

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Camila estaba mas que sorprendida, me gustaba ver sus ojos, esos ojos de sorpresa y ese brillo especial que tenían cada vez que caminábamos por alguno de los puestos de la feria.

-¡Mira Lauren!…- Ella me saca de mi trance y miro hacia donde me señala.

Era un puesto de juegos, de esos que tienes que pegarle a los patos con una pistola y así te llevas un oso o cualquier cosa que te den de premio.

-¡Quiero jugar!…¡vamos, vamos!…- Era una niña en una jugueteria, lo juro. Pero me encantaba esa niña.

-Déjame tirar a mi primera ¿si?…- Le digo y ella asiente emocionada.

Luego de pegarle a los diez patos con mis diez tiros, me llevo un oso grande de peluche.

-Para usted señorita…- Se lo entrego y ella me sonríe y lo toma abrazándolo como si su mundo dependiera de ello.

-Gracias mi reina…- Sonríe y me da un beso en la mejilla.

En ese momento mi mundo desapareció, solo existía Camila y nadie mas que Camila. Fue raro para mi.

Luego de varios juegos fuimos por un helado y juntas nos sentamos en una banca cerca de una laguna.

-Juguemos a preguntas y respuestas…esas preguntas que son detalles de tu vida ¿que te parece?…- Me pregunta ilusionada y yo no soy quien para quitarle esa ilusión.

-Claro…tú comienzas…- La incentivo y ella respira profundo.

-¿Cuantas relaciones has tenido?…- ¡Wow! Si que empezó duro.

-Creía que ibas a empezar con una pregunta como las típicas de ¿cual es tu color preferido?…pero veo que no…- Río y ella me mira.

-No has respondido Lauren…- Se pone seria y yo no dudo en responder.

-Ninguna, no me gustan las relaciones…- Encojo mis hombros y ella frunce, levemente el ceño.

-¿Como que no te gustan?…¿nunca has tenido una novia?…- Se extraña al escuchar mi respuesta.

-Yo solo amo el amor, ese amor que te brindan tus padres o tus hermanos o incluso tus amigas…- Le resto importancia.- Lo demás es todo cursileria y romance que no me mueve nada…-

-Entonces…¿Nunca has besado a nadie?…- Se pone seria y yo rio.

-¡Claro que si Camila!, he dicho que no me gustan las relaciones, pero en ningún momento dije que no había besado a nadie…- Sigo riendo por esa pregunta.

-¡Ok!…¿Fumas?…- Estas preguntas de Camila no tienen nada que ver una con la otra.

-Digamos que si…- Ladeo mi cabeza y sonrío de lado.

-¿Como “digamos que si”?…-

-Fumo pero los fines de semana…- Dejo abierta mi respuesta para que se de cuenta.

-¿Como que fu….- Ya había entendido la respuesta.- ¿Te drogas?…- Fue directa y al grano.

-Un drogadicto es aquella persona que consume drogas todo el tiempo, yo solo fumo marihuana los fines de semana y a veces ni siquiera fumo.- Encojo mis hombros y sigo comiendo mi helado.

-No me gustan que fumen esas cosas…- Se puso seria y pude notarlo en su voz.

-El tabaco hace mas daño que un porro…- Lo digo y luego me arrepiento de decirlo, por la reacción en su cara.

-Esta bien…como digas.- Dice sin mas y se dispone a comer de su helado.

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Lauren me había confesado que fumaba marihuana. Obviamente lo veía mal ¿quien en su sano juicio podía fumar esa porquería?. Pero, que podía decirle si solo eramos conocidas.

Después de esa confesión me quede un poco rara pero Lauren siempre se encargaba de hacerme sonreír y despejar ese mal momento de mi cabeza.

-Has trabajado toda la semana y creo que es hora de irnos, debes estar cansada…- Me dice ya que acaba de verme bostezar y sonrío ante los detalles que tiene conmigo.

-No es nada, solo un poco de sueño…- Le dedico una sonrisa.

-Vayamos andando ya que tenemos varios minutos de viaje…- Dice y toma mi mano.

Caminábamos con las manos entrelazadas. ¿Alguna vez sintieron esa sensación como si ya conocieras a la persona desde antes y por eso se toman esas actitudes?, bueno eso me pasaba con Lauren, no me molestaba que me tomara de la mano o, incluso, me haga cariñitos, porque sentía que ya la conocía.

-Sentemonos en este lugar…- Paramos de caminar y nos sentamos en una banca que había en una calle desierta.

Nos sentamos y no dijimos nada, solo nos mirábamos y sonreíamos nada mas. No se como paso pero de un momento a otro la tenia a mi lado y besaba mi mejilla.

La besaba tan cariñosamente que no lo planee solo di vuelta mi rostro y me encontré con sus labios.

¡POR DIOS, QUE LABIOS!. Juro que jamas había probado unos labios tan exquisitos como los de Lauren.

El beso fue tomando mas y mas forma. Su lengua me pidió permiso y obviamente la deje pasar, sus labios se acoplaban a los míos, era como si se tratara de una pieza lego, todo iba en su lugar y a su medida.

Me tomo el rostro y profundizamos mas el beso, luego se zafo un poco y mordió mi labio inferior y sonreí.

-¡Espera!…- La freno y ella se asusta.

-¿Que?…-

-Eres hermosa…- Le sonrío y vuelvo a besarla.

No recuerdo cuanto tiempo estuvimos besándonos pero ¡WOW! Fue hermoso.

Luego de varios minutos, y cuando digo varios, es varios. Nos fuimos, tomadas de las manos y a veces abrazándonos. Como una pareja.

Estábamos camino a mi casa y un semáforo se pone en rojo.

-¿Siempre besas en la primera cita?…- Le pregunto de la nada.

-No siempre…- Me sonríe y me regala otro de sus besos.

¡Dios! Podría vivir besando esos labios. Luego de ese beso sonreí y me volvió a morder el labio inferior.

-¡Deja de morderme!…- La regaño y se ríe.

-Eres adictiva…- Me vuelve a besar y a morder.

-Y tú eres hermosa…- Le digo entre besos.

No sabia que iba a pasar luego, pero lo único que sabia era que este día en la feria, jamas iba a olvidarlo.

Summer LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora