"Acércate, quiero contarte un secreto." Tercer libro Secreto de Hermanos ©

Capitulo 7

Levantarse en la mañana toda la vida fue una rutina para mi vida pero sentía que desde ahora seria diferente, tal vez por que era una ciudad diferente o desde el momento en el cual conseguí el trabajo sentí que podría valerme por mi misma, bueno por que ahora tenia el beneficio de que nada me lo impediría. Tome una ducha veloz podría decirse no quería llegar tarde a mi primer día de trabajo, el domingo fue tranquilo necesitaba un tiempo para descansar, ya que todo el sábado había pasado tiempo comprando ropa para mi trabajo, no tenia nada que ponerme asi que compre algunas faldas en algunas tiendas de ofertas, no pedi ayuda a mi quería Lorena ya que ella habría insistido en ir a comprar cosas en las tiendas mas caras del lugar.

Tenia dinero por lo que Max me habría prestado pero no quería gastarlo se que con el trabajo podría devolvérselo o tal vez no ya que era una suma exuberante de dinero, tal vez cuando me paguen mi sueldo podre disponer de el. Mientras tanto me sentía tan vez cómoda con lo que había comprado. Me puse un conjunto cómodo, una falda tubo negra, un blazer negro, una camisa con cuello curveado doble blanca y unos tacones en punta negros. Claro no eran como los tacones que la madre de Lorena me había regalado, estos eran de una marca demasiado inferior, el resultado de falso terciopelo no era vulgar pero tampoco estilizaba demasiado. Mi cabello recogido en una moña estilizando el cuello. Una perlas de fantasía plateada y la manilla que Niall me había regalado, era tan linda pero viendo aquel aspecto podría decirse que era demasiado cara, admitiendo era la cosa mas costosa que podría jurara haber tenido en mi vida.

Baje las gradas me sentía fresca y quería que eso reflejara mi rostro así que no use demasiado maquillaje pero claro un poco para poder resaltar y no quedar tan desproporcionada. No había nadie aun en la cocina asi que me prepare una taza de café, me senia incomoda ya que comia y no había pagado nada de lo que había, sabia que con mi sueldo tendría que hacer muchas cosas no podría quedarme parada en mis dos pies viviendo de forma normal.

Escuche pasos vi y era Zayn arreglándose la corbata mientras bajaba.

-Buenos días Lucy. –dijo sonriéndome.

¿Cómo hacia eso?, verse tan radiente todos los días.

-Buenos días.

-¿Te parece si ya vamos? –dijo mirándome.

-Bueno. –dije apagando el hacedor de café express.

-En el camino pasamos y compramos algo. –dijo mirándome.

Tome mi cartera y salimos del edificio. En el auto condujo hasta una cafetería que tenia serio para automóviles, la fila no era muy larga en cuanto nos toco nuestro turno.

-¿Lucy que quieres? –pregunto.

-Un capuchino. –lo mire.

-¿Y para comer? –me pregunto

-Unas galletas de mantequilla.

Seguía mirando el alrededor a estas horas muchas personas antes de ir al trabajo, los autos estaban en una fila larga, detrás de el auto de Zayn.

-Buenos días, ¿Qué desea?–dijo la voz de la ventanilla.

-Buenos días. –Respondió Zayn, sacando la cabeza para poder hablar-  un capuchino, unas galletas de mantequilla, un expresso doble y una sándwich de pavo.

-¿Eso es todo?.

-si.

-Pase por la ventanilla por favor.

-Gracias. –dijo volviendo al auto.

Abrí mi cartera, y saque mi billetera tomando unos cuantos billetes no quería que Zayn pagara.