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2018.

Realmente Agoney no quería salir ese día pero Nerea le comió tanto la cabeza que no pudo negarse.
Habían acabado los exámenes de ese trimestre de la universidad y Nerea estaba que se subía por las paredes, quería alcohol y fiesta.

Nerea estaba acabando de maquillarse mientras él se secaba el pelo, se lo iba a dejar rizado, no tenía muchas ganas de pasarse una hora intentando domar su cabello. Se puso delante del armario y no tenía muy claro qué ponerse, pero se acordó de los consejos de su amiga Miriam: "un conjunto básico con una buena chupa siempre arregla un look". Y eso hizo, cogió unos vaqueros que le hacían un culo increíble, una camiseta blanca y unas botas negras y para arreglar el look una chupa de cuero azul eléctrico. Al salir de la habitación se encontró a Nerea ya arreglada en el sofá.

-Wow Ago, qué guapo-dijo la chica levantándose.

-Tú sí que eres un Wow, vámonos-Agoney cogió las llaves de su coche y se pusieron rumbo a LA discoteca de la ciudad.

-Madre mía Ago, me voy a beber hasta el agua de los floreros-dijo Nerea emocionada, Agoney giró los ojos.

-Miriam ya está de camino, ¿no? Porque no me apetece aguantarte el pedo yo solo amigueta...

Nerea rió ante el acento canario de su amigo.

-Miriam ya está allí, la ha llevado Pablo, me lo ha dicho hace cinco minutos.

Los chicos no tardaron mucho en llegar y aparcaron en una calle bastante alejada de la discoteca para que nadie lo meara pero bastante cerca para poder encontrarlo con el pedo del siglo.

Enseguida se encontraron a Miriam con su chaqueta de cuero roja y se pusieron a la cola para entrar a la discoteca. El segurata les saludó como cada vez que iban y entraron.

Nada más pasar la puerta principal se encontraron el jardín lleno de gente bailando y riendo, se notaba que era el fin de los exámenes.

Pasaron entre el bullicio de gente y humo llevándose algún que otro empujón y bastantes codazos y se metieron en la sala de dentro donde la música y el olor de alcohol mezclado con sudor y hormonas les golpeó.

-¡HOY CERRAMOS CHICOS!-gritó Nerea, Agoney y Miriam solo se rieron.

Siguieron a Nerea que fue directamente a la barra y pidió tres tequilas.

-!Por el fin de los exámenes!-dijo Agoney.

-!Por el fin de los exámenes!-repitió Miriam.

-¡Y por la virgen de Guadalupe que si no follo que me la chupen!-gritó Nerea consiguiendo que sus amigos se atragantaran un poco con el tequila.

La noche iba bien, realmente bien. Agoney estaba completamente desconectado de todo y solo se preocupaba de bailar junto a sus dos amigas, las cuales ya iban algo demasiado contentas.
El moreno solo se había bebido el tequila porque era consciente de que tenía que ser responsable, él era quién conducía de vuelta a casa.

La noche iba bien, todo iba realmente bien, hasta que pasó. Agoney estaba dándolo todo con sus amigas, bailando y perreando, Mayores estaba sonando a todo volumen y no podía parar de reírse mirado los bailecitos tontos que hacía Miram pero, de repente, notó que alguien a lo lejos los miraba muy atentamente, demasiado atentamente, y a Agoney solo le bastó un segundo para saber de quién eran esos ojos marrones y curiosos. El chico no sabía cómo reaccionar, se había quedado helado, el mundo se había quedado parado por un momento, casi no podía escuchar la música, así que hizo lo primero que se le pasó por la cabeza: sonreír.

Tengo Los Pies Helados | RagoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora