Nada que pueda importar.

El tragó.

Temblando y suspirando,
Me busque un entretenimiento,
Aunque no era de los buenos.
Llegué con felicidad. Aunque lo primero que busque fue un trago; Era de esos amargos. De esos como el café que te tomas todas las mañanas,
Era especial. Lo adopte a mi.
Lo lleve hasta que ya no hizo nada. Siempre me levantaba y estaba ahí. Aunque no funcionaba ya.
Me propuse buscarlo de verdad, más que lo amargo del trago y con un poco de felicidad. Pero no lo hallé. Seguí hasta que un día llegó uno dulce, uno con olor a fruta, y un poco de libertad. Era confuso. Pero el trago amargo era especial, era mi inspiración. Se ha ido. Pero después de una noche de tragos en un tic tac bebía de los dos. La sensación de melancolía y amor me dieron una opción, y la tomé como si fuera miel. Aunque muy adentro no era perfecto. Se ha ido de nuevo. Lo pensaba. Pero en realidad nunca volvió, solo era más que un trago lleno de mala fe.