Codigo Lyoko: Generaciones

[Ep2] La Amenaza De Cartagia: Segunda Parte

Diario de Marc Morhange, Academia Kadic, alumno de cuarto curso. Doce de octubre.

Apenas han pasado tres días desde que descubrí el superordenador, y justo cuando empezaba a hallar respuestas surgieron de nuevo las preguntas. Para ser sincero, no sé qué hacemos todavía aquí. Deberíamos apagarlo todo y dejarlo como estaba...así que, ¿por qué no lo hacemos?

Sea cual sea esa respuesta, creo haber cometido un error gravísimo al iniciar la nueva partida.

Inna

No es que estuviera celosa, sino que no tenía otra cosa que hacer. Había cruzado medio Boulogne-Billancourt para esto. Ya era un poco tarde para echarse atrás.

A mí no me importó mucho deslizarme por una liana. Lo que me preguntaba era cómo lo había hecho Sabine. Ella siempre dice que yo soy la atleta. Deduje que ellos habrían tomado el ascensor. Parecía roto, pero me dispuse a intentarlo. No iba a ser tan fácil.

A mi izquierda escuché el ruido de un motor. La grúa que los obreros montaron cerca para ir apartando trozos del techo y las paredes cobró vida, dejando caer la viga que llevaba sobre mí. Suerte de mis reflejos, o no me habría apartado a tiempo.

El susto casi me paraliza, pero mi instinto ancestral me obligó a apartarme cuanto antes. La grúa comenzó a moverse otra vez, ahora en mi dirección como si fuera a embestirme. Intenté ponerme a cubierto bajo la plataforma del piso superior; sin embargo, esto sólo casi me aplasta entre decenas de rocas cayentes por la grúa misma.

Fue entonces cuando se me ocurrió subirme. Me agarré con mi alma a la base y comencé a escalar.

Encima de mí noté como la grúa giraba su enorme cabeza destrozando el techo. Me di cuenta de que trazaba una espiral para poder golpearme a mí. Antes de que pudiera, cambié de posición hacia el interior y al fin alcancé la cabina.

No había compuerta de abajo, y giraba demasiado deprisa para poder balancearme dentro. Tenía que cambiar de estrategia.

"Piensa, Inna, piensa" pensé. "Esta grúa tiene las reacciones de un ser vivo. ¿Qué pasa cuando uno gira a esta velocidad? Vale, se marea, pero este trasto no tiene estómago. ¿Qué más...? ¡Es difícil concentrarse en los objetos!" Mientras aun creía que yo iba subida cerca de la cabina era el momento. Comencé a descender a toda prisa y bajar de un salto. Luego me columpié de la base hasta fuera y apreté a correr encima de los escombros.

Volver al puente era imposible. Solamente me quedaba una alternativa. El ascensor.

Apreté un botón al azar y comencé a descender. Al abrirse de nuevo la puerta mis piernas ya dejaron de funcionar y me caí del cansancio. Me habría quedado allí de no ser por las luces tan espectaculares que desprendían de lo que aparentaba ser una pila gigante. Montones de fotones cubrían parte de la superficie del artefacto del cual también se distinguió una palanca.

¿Tiraba de ella o no? Esa era la pregunta. Me levanté para al menos acercarme más y me volví a caer. Aún era demasiado débil por culpa de la grúa esa. Decidí en vez de eso que era hora de trazar un plan.

Por lo visto era una pila gigante, probablemente de un diseño antiguo de sistema electrónico. Tampoco era sorprendente, dado el estado de aquel lugar. Eso sí, la potencia se notaba que era descomunal, lo suficiente como para estar dándole la energía necesaria para que la grúa mantuviera su autonomía. ¡Ya estaba! ¡Seguro que era eso! Por lo tanto, solamente había una deducción lógica.

Tenía que apagar ese trasto.

Alena

Todavía me encontraba detrás de la pared que creé por accidente. Esos monstruos (los llamo monstruos porque animales desde luego no eran) no parecían querer darse por vencidos jamás. Literalmente sólo pensaban en matarme. ¿Qué les había hecho yo?