MANE

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Pues era una alumna nueva de mi salón con un aspecto mus solitario pero con un cartel que decía vete. Pero no me fui sino le di la bienvenida y le hice a entrar en confianza sus ojos reflejaban sufrimiento y lo que necesitaba era un poco de alegría, no le pregunte porque estaba triste sino la intentaba animar. Mientras que los demás venían y me decían como se llamaba, yo fui, me presente y me comporte como un amigo al paso. Le enseñe unos juegos para que entrara en ambiente con el salón. De vez en cuando me sentaba con ella. Para poder saber que tenía y poder ayudarla. Así pues un día decidimos salir, le invite un café en Starbucks empezamos a hablar sobre nuestro pasado. Omití muchas cosas para que sea más cómodo el ambiente. Al terminar el día le hice una propuesta: —. “Sé que no puedo ser mejor que otros pero tampoco soy peor que otros, ya me conociste y no soy mala persona, en cuanto a ti veo que eres una chica que me gusta y me gustaría estar contigo”, bueno omitiendo algunas cosas más que sonarían cursi para el que lo lea.
Si pregunta que era floro y relleno, pues eso no era. De verdad me gustaba y de verdad quería estar con ella. Al poco tiempo de conocerla la empecé a querer a pesar de que era mayor que yo. Así todo el 5to año estuve con ella hicimos muchas cosas, me llene de tantas cosas que ni yo conocía. Me enseño todo, así después de 8 meses de completa tranquilidad y algunas peleas que se resolvían al instante.
Por el mes de diciembre nos metimos de incognitos a un hotel.
El fin era perder el miedo, ya habíamos comprado condones, también esquivar a sus padres. Faltaba estar realmente solos para ver todo lo que podíamos hacer, pero el deseo nos inundó, estábamos echados besándonos, para ver cuál de los dos se excitaría primero, hicimos tanto ruido riéndonos hasta que al final ella se puso encima mío y me empezó a besar fuerte, le iba a decir perdiste.
Pero ya sabía cuál era la intención con eso, nos quitamos lo poco de ropa que nos quedaba y lo hicimos con protección. Casi dos horas, no sabía cómo había llegado tan lejos. Y que tan tarde era. Nos bañamos rápido, salimos y la deje en su casa. Eran las diez de la noche, pero era hijo único y no me preocupaba pero me preocupaba ella. La hora se nos fue de las manos. Pero era divertido todo lo que habíamos pasado, me gusto saber todo y sabía que si un día me enamoraría de alguien seria de ella.
Pero acabo el colegio, y la distancia se hacía más notable, la extrañaba demasiado y ella también a mí, sus celos hacia qué estaba haciendo se volvía mas grande, no bastaba con verla una vez por semana o a veces una vez cada mes, y hubieron peleas pero todo era por chat, porque cuando nos veíamos aprovechábamos hasta el último segundo en decidir cómo serían nuestras vidas y aprovechar una abrazo que durara todos los días que no nos viéramos.
Habíamos cumplido 1 año y 7 meses cuando paso algo imprevisto, al acompañarme a inscribirme en mi examen de admisión, una llamada de una amiga a mi celular la hizo dudar, y todo ese día estuvo muy rara, a pesar de que le decía de la forma más sutil que era una amiga y no sabía porque me había llamado, y pues era verdad no sabía porque su llamada, quizás lo hizo por molestar, ya que sabía que iba a salir con ella. Pero al final del día antes de despedirnos ella estaba muy confundida y no podía hacer nada para que cambiara de opinión. Nunca nos había pasado eso, yo siempre trataba de llevar todo en paz y ella también hacia lo mismo, nunca peleamos por algo tan estúpido.
Pero a partir de ese momento sabía que lo nuestro ya no estaba funcionando a pesar de que la amaba, y que estaba dispuesto a enamorarme de ella y dejar de ser poli-afectivo para poder llevar una vida normal. Terminamos esa tarde con la promesa que si un día alguien mejor entra a nuestras vidas las dejemos pasar y que el día de mi cumpleaños cuando cumpla 18 decidamos que pasara.
Después de haber roto, hice lo que mejor se hacer, y es seguir con mi vida, pues así la chica que me llamo ese día me invito a salir, pues sabía que no estaba con nadie y que podíamos tener una oportunidad, su nombre era Diana, tenía 19 años, más experiencia que Mane. Y pues así tuvimos la oportunidad de conocernos y poder estar, pero a ella le gustaba que su enamorado este muy cerca de ella, para pasear y esas cosas. Pero yo vivía a tres distritos de ella, y se me era difícil ir hasta allá y controlar mi hora para regresar, hubo una que otra aventura pero era demasiado tedioso todo eso. Así que preferimos terminar.

Vida de un Poli-afectivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora