Vida de un Poli-afectivo

MELLISON

Después de lo malo sigue lo más peor, y son las que se creen maduras con alguien mayor, no soy un enfermo pedófilo ni nada de eso, estuve con 2 menores que yo, una 1 año menor y la otra 2 años menor, eso pasó cuando tenía 16.
Según algunos expertos filósofos de la materia, una mujer debe ser menor que su pareja porque los hombres demoran en madurar y toda esa cosa, pero los hombres maduramos con la experiencia y no creo que mocositas que no saben en donde están paradas, puedan darnos una buena oportunidad de pensar en el futuro.
No estoy diciendo que todas son así, pero la mayoría busca solo eso.
La primera la conocí en el colegio, cuando hacía unos trabajos con la tutora de mi salón. Me acerque y empezamos a hablar, un poco que todavía no acostumbraba hablar con hombres pero entre en confianza y todo empezó normal. Seguimos hablando más y más, no doy la impresión de enamorado pero si de un buen amigo, y solo buscaba eso. Después de dos relaciones fallidas no me importaba tampoco tener más, pero prefería asegurarme con quien me metía, así un día caminando por los balcones del 3er año, me dijo que le gustaba, me dijo que era diferente, diferente a los demás y un par de cosas más. Después de todo lo que me dijo, lo único que resumí fue que quería estar conmigo pero esperaba que yo le dijera. No necesitaba una enamorada pero debía probar muchas manearas de conocer a todas las mujeres. Así que le tuve que decir, me dijo que ya. Y paso lo que tenía que pasar. Iba a su salón en el recreo para no buscar problemas, conversábamos como amigos y éramos algo disparejo pero bonito. Nos entendíamos. Pero se mudaría y ya no nos veríamos. No era el último día de clases pero se iría del colegio, así que tuvimos que despedirnos, la quería pero si hay algo que aprendí, es dejar ir algo que no puede ser más, me gusto su actitud. Ella era diferente, pero así seguí con mi vida.
Después de un tiempo conocí a una chica por causa de un reto. Era tan sociable que no dure mucho tiempo para decirle para estar. Mi error fue pensar que existirían más chicas como Mellison. Pero no resulto así, su hombre perfecto era un papel escrito como seria su enamorado. Yo no compito contra un papel, yo soy como soy, no voy a cambiar para ser alguien supuestamente perfecto para una mujer. No es mi lógica de llevar una relación, así que como no estaba a su altura de chica que todos quieren, me termino para después buscarme y buscar que le haga caso, me decía inmaduro por no amarla, me decía idiota por no celarla, me llegaba que su vida sea tan chiquita que piense que puedo llegar a ser uno de sus supuestos chicos que paraban detrás de ella, para mis amigos ella no era ni una opción, ni para florear.
Y me extrañaba lo mucho que se creía y lo poco que podría llegar a ser con tanta facilidad.
Comprendía así a las mujeres. Un tiempo se volvió arrastrada y no me gustaba eso. Había chicos que de verdad querían estar con ella y los ignoraba. Así que para darle una lección estuve con ella. Le enseñe todo de la vida. Nunca pudo mandarme ni buscar peleas. Cuando quería empezar sus celos, solo me iba y la dejaba hablando sola. Me comporte como un enamorado pero con la faceta de poli-afectivo, nunca se me paso por la cabeza pasar más allá de los besos, y no era por respeto, sino que me asqueaba su forma, se creía madura. Pero yo no le rompería esa ilusión. Así después de tiempo me termino diciendo que no era para mí y que merecía alguien mejor y toda la cosa. Le dije está bien y me fui.
A veces me pongo a pensar que habrá sido de la vida de Mellison, nunca más la vi, quien será el afortunado que este con ella. Y por otro lado me da rabia que haya tantas mocositas que no saben qué hacer con su vida, y aun así buscan a alguien que las guie, cuando el hombre solo quiere experiencia.

Después de todo lo que tuve que soportar vino lo que de verdad necesitaba, una mujer de verdad más bien dos mujeres de verdad. Una era un año mayor que yo, se llamaba Mane, y la otra dos años mayor llamada Diana.