El camino de su casa a la escuela nunca le pareció tan corto a Renee. Cuando entró, por primera vez sintió seguridad en sus pasos, gracias a ello su cabeza se mantuvo erguida y su vista enfrente.Renee sintió las miradas de varios alumnos sobre ella, incluso, escuchó a algunos susurrar a lo lejos:
—¿Quién es?
—¿Es nueva?
—Creo que ya la había visto por aquí.
—¿Que no es la que va con nosotros en física?
—¿No es ella la hermana de Dave?
Algunos casilleros se cerraron. La campana sonó y al sentirla como si estuviera dentro de sus oídos, Renee quiso tapárselos con las manos.
Caminó a paso muy rápido hasta el baño de chicas. Lo primero que hizo fue mirarse al espejo, raramente, aquel día había sentido apetito por arreglarse un poco más. Por primera vez en bastante tiempo, Renee se sintió bonita.
Quizo retocarse el labial, al tomar uno se le resbaló de las manos, se agachó y lo recogió. Cuando Renee se paró y miró de nuevo al espejo se encontró con que alguien estaba atrás de ella.
Ella soltó un grito acompañado de un pequeño salto. Vio de quien se trataba y lo encaró.
—¿Tienes acaso un fetiche por llegar todo callado y asustar a las personas?
Derek la ignoró y tomó su brazo, lo descubrió de la chamarra y lo examinó —Sanó —murmuró, algo le dijo a Renee que era para sí mismo y no para ella.
—Lo hizo —respondió ella de igual manera—. Ahora... necesito ir a clase.
—Y te irás, pero primero vas a escuchar lo que tienes que hacer.
🌕🌗🌑
Cuando las primeras horas de clases —a las que había llegado tarde gracias al alfa— terminaron, Renee se salió solo para entrar de nuevo al comedor, según el estúpido plan sin sentido de Derek.
Cuando lo hizo, las miradas se posaron en ella —y sus largas piernas descubiertas por la falda que llevaba— se acercó hasta la mesa en donde se encontraban Scott y Stiles. Se sentó al lado del segundo y tomó su manzana.
—¿Te vas a comer esto? —le preguntó ella, Stiles negó efusivamente con la cabeza. Renee le dio un mordisco a la manzana, se levantó y salió de allí para encontrarse a Derek sentado al volante de su Camaro negro.
La Keen abrió la puerta del copiloto y se montó en el auto, se giró a la salida de la escuela y cruzó miradas con los chicos anteriores. Derek les sonrió y arrancó el auto.
—¿Eso era todo? ¿Por eso llegué tarde a clases?
Derek no contestó.
—Deja de ignorarme —le pidió ella, a él pareció no importarle—. Derek. Derek. Derek. Derek. De... —el Camaro frenó con fuerza de repente, Renee se las ingenió para no estamparse.
—Si no guardas silencio te bajas aquí mismo —le respondió Derek, girándose a mirarla.
—Eres un amargado.
—Este amargado se está arrepintiendo de haberte obsequiado la mordida.
Renee se sentía bastante diferente con ella, como si por fin pudiese ser ella misma sin miedo a avergonzarse. En realidad, no sabía de donde sacaba la actitud que tenía ahora, pero le encantaba poder hablarle a las personas sin que un sonrojo quemara en sus mejillas.
Derek arrancó de nuevo y Renee optó por quedarse callada, bueno, solo unos segundos.
—¿A dónde vamos?
—Ya verás.
—¿Es que yo no te agrado? ¿O no te agrada nadie?
—Ambos —contestó Derek con simpleza. Renee decidió no agregar nada.
Cuando pararon en un lugar muy abandonado a Renee le dió un mal presentimiento. Derek bajó del auto, ella lo siguió. La llevó hasta con otro adolescente y desapareció.
—Soy Renee —se presentó ella. El rubio asintió.
—Isaac Lahey.
🌕🌗🌑
El Hale la llevó hasta su casa después, ella salió del Camaro y sin decir darle un gracias —porque sabía que la ignoraría— se adentró al infierno, o bueno, su casa.
Abrió la puerta de poco a poco y con cuidado, la cerró de igual manera. Si Julia no se enteraba de su llegada, mejor. Las escaleras las subió en silencio, se asustó cuando escuchó la voz de la Keen mayor, pero al girarse por todos lados se dio cuenta que no estaba allí, aún así no dejó de oírla.
—Te digo que está de viaje... Claro que podemos salir. Te veo allí entonces.
Y colgó. Los pasos la alertaron y Renee subió rápidamente a su habitación, cerrando la puerta atrás de sí.
🌕🌗🌑
El día anterior había pasado sin que nada más sucediera. Por parre de Renee solo hubieron escabullidas para no encontrarse con su madre.
La alarma sonó indicando que ya era hora de ir a la escuela. Renee se alistó lentamente, no iba a desayunar, cuando se acercó a la puerta la detuvieron. Dave y mini Dave —según lo apodaba ella— estaban de vuelta.
—Ten —Dave mayor le tendió la mano, Renee extendió la suya y recibió los dólares que le entregó.
—Gracias —murmuró ella y salió de la casa. No sin antes escuchar el grito de Julia diciendo "mi bebé está de vuelta".
Caminó como siempre hasta la escuela, llegó directamente a su casillero y acomodó los útiles correspondientes. Renee sintió una presencia a sus espaldas y murmuró:
—¿Se te ofrece algo, Scott?
—A Derek no le bastan dos. Sé que por lo menos necesita tres. Entonces, ¿quién es el siguiente?
—No tengo idea de que estas hablando —fingió Renee cínicamente. Ni ella misma conocía esa faceta suya, pero le agradaba.
—¿Quién es el siguiente? —repitió Scott, sin dar atisbo de quitar el dedo del renglón.
—Nunca me tomaban en cuenta —el momento de hacerse la víctima había llegado.
—¡No me importa! —le dijo Scott, Renee rodó los ojos.
—Como decía, estaba cómoda siendo invisible. Hasta que un día, a un estúpido grupo de huecas les pareció una buena idea molestar a la indefensa. Eran terribles, Scott —hizo una pausa para tomar aire—. Pero ahora, todo va a ser diferente —Renee se acercó peligrosamente y puso sus manos a los costados de la cabeza del chico, sus respiraciones se mezclaron—, porque no queda nada de la chica indefensa —ambos giraron la cabeza y se encontraron con que Allison los miraba a la distancia.
Scott tomó brazos de Renee y los quitó de sus costados con bastante fuerza, nos los soltó, parecía que quería quebrárselos. Renee se zafó de él y con una mirada penetrante le dijo:
—No vuelvas a hacer eso.