Fall in love with a Zombie?[Bnha Yaoi]

I-Rescuing a supossed vagabond

Cada día podía ser el último, nunca es bueno tener relaciones o parentesco con alguien tan famoso en Japón como lo era su padrastro.

Él no lo consideraba así, por supuesto, adoraba a Toshinori, era parte de su familia desde que su madre y él empezaron a salir... Sólo que no había pensado la cantidad de riesgos que poseía el ser familia del empresario más poderoso del país.

El ser víctima de robos o usado como rehén... La primera pasaba seguido, y por suerte no había llegado a ocurrir la segunda, sólo habían llegado a seguirlo por poco tiempo antes de que se decidiera por llamar a la policía.

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Ese día volvía agotado de la escuela, Yuei (a la que su padrastro había conseguido que lo metiesen), dado que hoy había sido de esos días en los que Bakugou Katsuki, su amigo de la infancia, no estaba de humor para soportar que Izuku lo llamase por el apodo que le tenía desde niños.

-Kacchan!

Los insultos y los golpes que el rubio le había dado aún resonaban en su cabeza. Sin lugar a dudas no había tenido un buen día.

Pero había gente que lo había pasado peor.

De vuelta a su hogar, la mansión del novio de su madre, juró haber visto al menos cinco vagabundos, deteniéndose en el sexto.

Estaba lloviendo y hacía frío, por lo que este último, en particular, le había dado pena, no sólo por su situación, sino por su edad, que no parecía alejarse mucho de la propia.

Al principio fue difícil reconocer que un humano se hallaba ahí, metido entre un revuelto de mantas sucias, pero leves temblores hicieron que se notara su presencia.

Destapó un poco al chico para verlo, encontrándose con un joven de cabellos bicolores, rojo por la izquierda y blanco por la derecha, exactamente dividido en dos. Le llamó la atención una quemadura que ocupaba parte izquierda de su cara, por el sector de su ojo, que ambas orbes, levemente abiertas, mostraban un color violeta chillón.

-Uhm... Estás bien?- Preguntó, dudoso de si el joven lo escuchaba o no. Como respuesta recibió un pequeño estornudo. Casi como un gatito!

-Puedo ayudarte en algo?- Contestó algo desconcertado el bicolor, mientras se desperezaba.

-Eso debería preguntarte yo a tí!- Exclamó el peliverde, señalando con dedo acusador las cocidas, moretones y rayones que marcaban la blanca (No un blanco normal, uno demasiado blanco, tal vez gris, pero no lo veía por completo) piel del contrario. El ojivioleta de nuevo parpadeó, totalmente confundido. A qué se refería el pecoso? Él estaba muy bien, mejor que nunca.

-Estoy bien, pero... Realmente no recuerdo cómo acabé aquí- Pronunció, masajeando su sien.

-Eso no importa ahora! Eres consciente de tu estado, verdad?!- La mirada del más bajo (Sí, Izuku no era particularmente alto) se volvía más preocupada cada vez, hasta cierta zona.

Aquella mirada hacía creer al bicolor que tal vez ese chico era un pervertido, ya había lidiado con varios de esos en su vida y no le costaría mucho quitárselo de encima. Al tener la mirada persistente sobre él, sus ojos se desviaron hacia donde el contrario dirigía su atención, abriendo los ojos de par en par al encontrarse con un corte bastante profundo que bien podría confundirse con una cesárea fallida. Extrañamente, no sangraba, y ninguno de los dos pasó eso por alto.

Pero había un problema con eso, y es que él era hombre. El terror de tener una marca así se apoderó de su cuerpo, desmayandose y cayendo sobre el piso de nuevo, a pesar de lo poco que había levantado su cuerpo para prestar atención a su acompañante.

-Oh dios, oh dios, oh dios, OH POR DIOS!- Midoriya observaba el cuerpo inerte del otro. Llevarlo al hospital hubiese sonado lógico, pero la herida no sangraba ya, por lo que pensó que le hacía un favor al bicolor y a él mismo llevándolo a su casa esta vez. Incluso podía esconderlo de Inko y Yagi si lo deseaba, sólo debía entrar por su pasadizo secreto, que solía tomar cuando no quería ser descubierto saliendo o entrando de la casa.

Decidido, Izuku Midoriya cargó al "supuesto vagabundo" en su espalda, para no levantar tanta sospecha, y partió a su destino.