Epílogo

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Al regresar al colegio solo un par de días después de su boda, Anabella esperaba nerviosa en la puerta principal por la llegada de Jongsuk. Ahora que ambos sabían los sentimientos de cada uno no sabía cómo le haría para verlo a la cara. Tampoco tenía idea de cómo iban a actuar ahora.

Talvez deberían seguir como antes porque a pesar de ambos se gustaban ahora ella era una mujer casada. Aunque obviamente esperaba que se trataran con más confianza y afecto que antes.

Al sonar la campana tuvo que entrar sola porque el susodicho no apareció ni se veía que estuviera por llegar.

Esperó en el aula durante las primeras dos horas pero nada. Estaba comenzando a preocuparse ¿y si le sucedió algo?

A escondidas del profesor en turno sacó su móvil y texteó un mensaje para Jongsuk. En el preguntaba sobre su retraso, porque eso era lo que ella pensaba y anhelada que fuera de lo que se tratase su ausencia.

Y así pasó el resto del día de escuela sin la presencia de Jongsuk y sin un mensaje que le indicara el motivo.

Anabella estaba desesperada con miles de preguntas y respuestas en su cabeza, muchas de ellas para nada gratas. Frente a toda su preocupación se dio cuenta que no tenía idea alguna de a quien preguntar sobre su paradero o en donde vivía.

Optó por preguntar al tutor del grupo si sabía algo sobre él. Pero tampoco tenía idea de porque faltó ese día. A él también se le había hecho extraño ya que en los últimos días Jongsuk había dejado de lado su actitud de chico rebelde y estaba al corriente con sus materias y sus trabajos extraescolares e incluso, en los exámenes había salido con buenas notas.

Por esa razón no dudó en darle a Anabella la dirección de su casa esperando que ella pudiera traerlo de vuelta.

Al salir del colegio la estaba esperando Geunsuk en un auto que su padre le había regalado por su matrimonio.

Anabella dudó en si debía contarle que necesitaba ir a la casa de Jongsuk y saber algo de él. Estaba consiente que podría lastimar a su ahora esposo, añadiendo que el buscar a otro hombre no era algo que debía hacer una mujer casada.

Aun así también estaba consiente que Geunsuk estaba al tanto de sus sentimientos y esperaba eso ayudara para convencerlo de que la llevase a la dirección que llevaba escrito en papel en la bolsa de su saco.

—¿Pasa algo? —cuestionó Geunsuk al observarla callada durante un par de minutos.

—J-Jongsuk no vino hoy a la escuela —respondió después de algunos segundos con su vista hacia abajo, esperaba no incomodarlo—. El tutor me dio su dirección para que averiguara el motivo.

—Te llevaré —dijo enseguida posando una mano sobre la de ella—. Él está bien ya verás.

—Gracias —sonrió un poco ante el aliento y la comprensión que le brindaba.

Al llegar a la dirección que le habían dado su quijada casi cae al piso al ver la casa lujosa que se alzaba frente a ellos.

Después de algunos segundos caminó hasta la enorme puerta y tocó el timbre. Instantes después se escuchó la voz de una mujer que preguntaba quién era y qué necesitaba.

—Soy compañera de Lee Jongsuk —respondió Anabella—. Faltó hoy a clases y me enviaron para saber el motivo.

—¡Oh! El joven no se encuentra salió de viaje y no sabemos cuándo volverá.

Los ojos de Anabella se abrieron grandes por la sorpresa de la noticia. Quiso responder algo pero de su boca no salió ninguna palabra. Seguí intentando entender lo que había escuchado.

Primer AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora