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Fue patético que mis ojos me prohibieran dejar de mirarte,
como si fueras una escultura de arte,
esculpida por las manos más delicadas y hermosas, sólo para admirarte.

𝐆𝐎𝐌𝐄𝐍 𝐓𝐒𝐔𝐊𝐊𝐈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora