El príncipe mostaza.

El pequeño príncipe azul.

Muchos años atrás, cuando el comienzo de los reyes era inminente. Cuando el hombre se dividía entre tres clases: El pobre, el rico y el noble. Se desato una guerra infernal que acabo con la vida de muchos soldados y civiles. Los reyes de las naciones aledañas estaban dispuestos a conquistar todo lo que pudieran, incluso la luna si tan solo fuera posible. Pero esta es una historia con finales felices, finales que a las personas se les tiene acostumbrados.

Así fue hasta que llego un nuevo heredero, que no solo domino todo un continente entero gracias a sus grandes habilidades de estrategia y combate, sino que promovió la paz en los reinos, sin tomar lo que él había conseguido, les suplico a sus enemigos que detener las guerras era lo más recomendado. Todos accedieron, excepto uno.

Se dividieron los reinos por colores, el heredero que había logrado conquistar todo el occidente, se apodaba a sí mismo el "Rey Azul". Los demás reyes tomaron nombre de colores vivos y conocidos en la época, como símbolo de paz y aceptación a las sugerencias del Rey Azul.

Desde el país más alejado y oscuro de todos ellos reinaba el Rey Tion Tian, un hombre malévolo hasta los huesos, que había resistido los ataques del Rey Azul donde sus estrategias y conocimientos le permitieron, pero perdió. Entonces se le apodo el "Rey Obscuro", por su rebeldía. Hasta hoy en día, nadie supo que sucedió con él.

Mientras tanto, el Rey Azul anunciaba a su único primogénito, un niño hermoso de cabellera pelirroja y piel blanca. Un digno varón que sería heredero al trono. Su padre estaba orgulloso y haría lo posible por enseñarle a Mo Guan Shan el príncipe Azul, todo, ¡Todo! Lo que su padre había aprendido.

Por su lado, el príncipe Azul odiaba todo. Había logrado aprender a cazar, hacer "trucos de magia", alquimia, pelear, cocinar incluso. Más no lograba tener interés en nada. Su padre se había ido a una guerra en otras tierras, se esparcía el rumor de que el Rey Obscuro invadiría de nuevo. Nada, un año más y su padre aun no regresaba.

Una noche de marzo llego una carta, por medio de un ave, estaba escrita y firmada por nada más y menos que el puño de su padre, el rey demandaba que su príncipe tomara el trono, puesto que estaba encarcelado, había sido tomado como prisionero y no garantizaba su escape. Su madre se derrumbó en llanto, el príncipe solo la abrazo. Desorientado, la carta demandaba que debía tomar el trono al lado de otra princesa o alguien de la nobleza.

Los meses siguientes fueron un fastidio, la princesa Rosa, la duquesa Lila y el príncipe Verde habían sido invitados a pasar una tarde junto al príncipe Azul, pero este jamás llego. No solo era grosero y prepotente, era desconsiderado en todos los sentidos.

Molestos los tres, junto con la compañía indeseada del príncipe Rojo, se las ingeniaron para molestar a la Reina Azul, después de preguntar por horas el paradero de su hijo: —Debería darle vergüenza, se organizó este encuentro para mantener la paz. Cualquier reino podría aprovecharse de la desaparición del poderoso Rey Azul— exclamo la duquesa Lila, ante las respuestas de un vago "No lo sé" por parte de la Reina sobre el paradero de Mo.

Se acomodó sus ropas el indeseado, y sin que nadie se lo pidiera hablo: — ¿A caso el príncipe azul no piensa? Sin ofender, claro. Pero como dice la duquesa Lila, cualquiera podría atacar y crear caos como se hizo hace 30 años atrás.

La reina solo guardo silencio, se tragó su nudo y no dijo palabra alguna, sabía que si eso ocurría Mo sería capaz de controlar todo como lo hizo su esposo, ella creía en su hijo. Era valiente y no un tonto como esos inquietos le llamaban. Pero tenía miedo, la princesa Morado había contraído matrimonio con el príncipe Café, los príncipes Blanco y Gris no se encontraban, puesto que se habían fugado a dar fruto a su loco amor. Se habían enamorado de niños, siempre fueron mejores amigos.