Son malformaciones inexactas y abstractas las que se expresan, causando daño y arrepentimiento. Frases carentes de sentido, análogas a sentires y resquemores, justificaciones burdas a hechos inexplicables.
Navajas y dagas, a veces una bala de alto calibre, asesinándome una y otra vez. Muérome entre cada puñalada de aprehensivos dientes que desgarran y destrozan a gusto despiadado, haciéndome añicos. Los pedazos de mi ser, residuales, que nadie ocuparía buscar nunca.
Soy escombros de un trozo de tierra colorada, apenado de vivir situaciones que no sabe si las ha provocado o no. En austera espera continua de ver mínimas e insignificantes señales de júbilo, aunque sean escasas. Aguardando sentado y con las manos en el rostro un simple y tan deseado saludo.
Muérome aquí sentado, mientras la espera sigue, a sabiendas de que lo he echado a perder. Sigo sentado en el mismo sitio, mientras mis plantas se humedecen por el mar en el que me ahogo, subiendo rápidamente e inundándome a la par que me niego a ponerme en pie. El agua sube caudalosa, dejando abajo a mis tobillos y llegando a mi cintura donde tus manos alguna vez se hubieran posado en accidentes que desearía fueran lo que tanto añoro.
¿Qué estoy diciendo?
No puedo ponerme en pie. El peso de mi ropa ancla mi ser a la base, una caja de palabras y recuerdos que me niego a abrir. Escondo todo de ti y de mí, a contra corriente. El agua llega a mi pecho, está helada y comienza a posar su presión contra mis pulmones. Me es difícil respirar.
Joder, debería callarme ahora.
Rio mientras el agua no detiene su paso y pierdo la sobriedad de mis gestos en ello. Mi garganta siente los niveles subir sin titubeos, sabiendo su misión y el camino que deben recorrer. Saben que es el momento, saben que ya es mi hora; por eso siguen inundándome, por eso no hago nada al respecto.
Enloquezco mientras me ahogo y temo me veas de esta forma, que me veas en la peor de mis facetas, la cual he estado ocultando por años de ti. Fui bueno ocultándolo, pero, con el pasar del tiempo, llegué a almacenar tanto en mí que al final he explotado.
¿Explotar? Cállame ya, por favor.
Una última risa amarga se ahoga antes de lograr terminar. El agua se cuela por mi boca arrancándome el aliento y desesperado doy una bocanada de aire, confundiéndome a mí mismo, pues no comprendo por qué insisto en seguir respirando. Entonces, el agua llega hasta mis fosas nasales.
Debería simplemente ahogarme.
Debería morirme con las palabras que te he dicho, pero éstas vivirán porque las has escuchado. Seguirán viajando a través de las ideas y no lograré hacer que sean borradas.
Por favor, olvídalo, sólo son palabras sin importancia. Jamás debí romper el seguro de la caja donde guardo todo de ti y de mí, debí dejarlo todo como estaba.
Lo siento, soy un egoísta por quererte para mí.
Cierro mis párpados lentamente, el agua salada que por horas ha desbordado de mi ojos por fin encuentra su lugar, en un mar entero. Mi rostro queda sumergido bajo el agua, no respiro ni veo. El sueño me apresa, mientras una sensación helada me incita a aflojar mi cuerpo y entregarme a la corriente.
¿También soy imbécil si sólo quiero verte feliz?
Imágenes fugaces cruzan mis pensamientos. Eres lo último que a mi mente llegará en este instante, mientras el agua ha cumplido su tarea: Estoy envuelto por completo, mis hebras entintadas flotan a la deriva. Los miembros de mi cuerpo poco a poco comienzan a dejar de responderme, pronto dejaré de sentirlos. La efervescencia comienza a hacer estragos, esto arde cual ácido.
Sólo déjame morir aquí y ahora, mientras me consumo en mi miseria. Doy pena.
Duele como los mil infiernos, duelen las palabras y su punzo-cortante influencia. Estas llagas en mis manos son lo que más me acongoja, pues estas llagas son testigo de lo que digo, de las palabras que he soltado. De la única vez, que se me ocurrió hablar de más.
Jamás debí decir nada. Por favor, no quiero que nada cambie, no podría soportarlo. Lo siento, por favor, se feliz.
¿Por qué sigo soltando palabra tras palabra? No puedo hablarte, no puedo ni mirarte. ¡Duele! Maldita sea, duele. ¡Estoy muriéndome! ¡Estoy llorando! ¡¿Por qué no puedo sólo morirme ya?! ¡¿Por qué esto tiene que ser así?!
Soy una mierda envidiosa, perdóname. Siempre supe que no tenía oportunidad, ahora estoy actuando como un idiota.
Soy un idiota que te ama.
Lo siento, lo he dicho. En realidad, llevo años diciéndolo, siempre procurando que no te enteraras. Esto no es nuevo para mí, pero no creo sobrevivir esta vez, ahora que lo sabes.
Quema, en serio, duele demasiado, como si jugaran con mi carne descubierta por la piel que he arrancado. Duele tanto.
Te quiero mucho más de lo que crees. ¡Te amo! ¡Estoy amándote con todo lo que tengo! ¡Estoy amándote de tal forma que no podrías entenderlo! No quisiera que lo entendieras, no quiero que lo sepas. Estoy perdido.
Olvídalo, sólo son palabras. Perdona que lo diga de nuevo, pero se feliz, ¿sí? Siento meterte en esto.
Quiero morir de una vez por todas, mientras duelen unas simples palabras. Siento arruinarlo todo: ignórame, nada puede componer lo que yo mismo he provocado. Déjame deshacerme en el agua y, mientras los ecos de la superficie me adormecen, me haga añicos y mis ruinas se disuelvan, que los trozos que quedan de mí sean desechos diluidos, perdidos en el mar.
No te veré mañana, ni el día que sigue. Probablemente toda la semana. El mes, tal vez.
Ignórame, soy un idiota. Sólo soy un idiota y éstas son sólo palabras. Palabras que lo arruinan más, por favor, no sigas escuchándome. No quiero que me mires así, no quiero que te sientas mal. Es mi culpa.
No debí hablar de más. Lo siento, pero, por favor, hazme caso. Sólo son palabras. No tienes que hacer nada: Éstas lágrimas no pueden detenerse. Duele y es insoportable. Soy patético, siempre lo he sido.
Sólo palabras, palabras y más palabras. Debería callarme ya.
Ya no diré nada más.
1067 palabras.
10 marzo 2018
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Sólo palabras || Bakushima ||
أدب الهواةKirishima se ahoga lentamente, lamentando aquellas palabras que ha dicho y que le hunden sin piedad en la desesperación. Katsuki Bakugou / Eijirou Kirishima. Au. No quirks. Bakushima. Boku no hero academia es de Kohei Horikoshi. Las imágenes usadas...