Parte 1 : facilis descensus ad inferos.

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"¡Oh, insensatos afanes de los mortales! ¡Qué débiles son las razones que nos inducen a no levantar nuestro vuelo de la tierra!"

-Dante Alighieri.

- El verde es mejor.- Contesto Susan a su mejor  amiga que hablaba sobre el folleto de la escuela, tenia el típico dilema de los colores, parloteaba distraidamente sin darse cuenta de que ella no prestaba mucha atención y aun que miraba distraidamente su folleto que anunciaba en grandes letras rojas "CUIDA EL PLANETA" y un llamativo logo de un árbol animado, se revolvio en su  asiento y abrio distraidamente su libro pasando las paginas sin siquiera leerlas.

- ¿Sussi? ¿Sussi estas ahí? - Dijo Rosalie quitandola repentinamente de su ensoñasion, la miro y sonrio  mientras fingia que la escuchaba -, no me estabas escuchando ¿verdad?.

- No, lo siento Ros, pero tengo que volver a mi casa es tarde y mi padre no tarda en llegar.- Se levanto en un rapido salto y gracil para caminar a la puerta de la habitación sin mirar atras tomando con ella su pequeña mochila azul.

-¡Nos vemos el lunes Sussi!.

Con un ligero movimiento de cabeza la muchacha asintio y camino a la entrada dando saltos por las escaleras de la casa de su mejor amiga, salio a la calle y agradecio mentalmente que el olor del rio Tamesis le despejara la mente, se reprendio ya que ultimamente habia  estado muy distraida y su madre habia estado muy rara respecto a eso.

Con una mano paro el autobus y subio, al entrar algo hizo que ella arrugara la nariz por el herdor como de basura y fruta podrida, busco en su mochila el dinero, se sostubo en el tubo, cuando al fin encontro su dinero levanto la vista al chofer y se quedo en shock por el aspecto de este, tenia los ojos saltones como si fueran a salirse de sus cuencas y la piel de un tono casi amarillento, como la mostaza. Ella dio un paso atras por instinto y choco contra un hombre, esta vez no pudo contener las ganas de gritar, solto un grito tan fuerte que ni ella misma sintio que fuera un grito si no mas un aullido, como de dolor. 

El hombre con el que habia chocado en vez de tener manos tenia huesos y su cara era de color gris, sin color y sus ojos eran completamente negros, retrocedio y miro que los demas pasajeros la miraban confundidos, con un brinco salio del autobus y corri lo mas rapido hacia el barandal donde se encontraba el Tamesis, respiro hondo el olor a sal y cerro los ojos con repentino cansansio.

Durante un buen rato ella permanecio así, no hizo el esfuerzo de abrir los ojos, y continuamente se repetia así misma que todo era una ilución y que solo estaba alucinando, culpaba al bochornoso aire de los autobuses y se culpaba a ella misma por haber causado tanto alboroto. Pero no pudo evitar sentirse y comportarse así, ella lo sintio muy real, las manos del hombre con el que choco, el aire brumoso y asqueroso dentro del autobus... Todo muy real.

Ella solto un suspiro prolongado y se obligo a abrir los ojos, pero en cuanto los abrio encontro a una mujer, de cabellos espesos, verdoso y mojado, tenia la cara palida y parecia tener escamas en ella, era preciosa pero no del todo tomando en cuenta de que sus ojos eran iguales a los señor del autobus, completamente negros, sonreia y sus dientes eran demasiado afilados como para ser dientes humanos, pero sin dudas tenia algo sumamente atractivo en ello, que Susan no pudo evitar alejarse, solo mirar con mas curiosidad.

-Niña - Dijo la melodiosa voz de aquella extraña mujer - niña Inoche , ven pequeña hija de Hécate, ven aquí deja que te vea.

Su voz tenia en tono perfecto para llamarla, la sedujo y se acerco la miro y con ella habia otras mujeres que miraban impacientes, todas ellas eran de rostros perfectos, mujeres muy hermosas pero aterradoras.

- Ven niña, necesito verte.

Ella se inclino mas, aquella mujer de rostro aterradoramente perfecto estiro su mano y esta tenia aletas en las separaciones como si fuera realmente un pez. Estaba solo a unos centimetros su mano de su cara cuando justo en ese momento una fuerte mano la jalo para atras, ella callo sobre el sujeto y toda esa sensacion de volar se esfumo, entonces supo que estaba bajo un estado de inconciencia pero no del todo.

Sirenas.

Una voz en su cabeza pronuncio aquello, pero ella rapidamente se quito esa idea absurda de la cabeza, miro el rostro de la persona que la habia sacado de ese aprieto tan extraño, se dio cuenta de que eran un joven,

- No pense que una hija de Hécate no supiera los peligros de las sirenas.

Ella se quedo ahí evidentemente descolocada, sin saber que decir ella dijo entrecortadamente:

- Yo... Yo no se de lo que hablas.

El la miro por primera vez, nunca penso que las Hijas de Hécate fueran tan hermosas, estaba acostumbrado a la imagen realmente aterradora de ellas, con su largas capas de colores oscuros y sin vida y sus caras sin ninguna expreción incluyendo sin ningunos ojos o nariz. La miro esta era diferente tenia el pelo rubio y los ojos color azul claro, la piel palida por falta de sol, parecia sinceramente una humana, no pudo creer que fuera una bruja.

- Entonces sera mejor que me acompañes - Se limito a decir el joven con la vista clavada esta vez mas halla del Tamesis.

Ella de quedo ahí parada mientras el joven de cabello negro y ojos verdes aceituna caminaba sin decir una sola palabra, solo simplemente le dio la espalda y comenzo a caminar, ella reacciono y corrio para alcanzarlo.

- ¿Y lo que acaba de ocurrir?, no vamos a dejarlo pasar así nada mas ¿O si?.- Dijo ella señalando el río.

El encogio los hombros sin decir mas, cruzo la calle tenia un paso muy constante así que Susan tuvo que trotar casi correr para alcanzarlo y seguir su ritmo.

- No acostumbro a salvar damiselas en peligro - Dijo el en un tono burlon mientras giraban en un pequeño callejón y salian de nuevo a la calle, daba muchas vueltas pero Susan evitando sonar cansada seguia su ritmo.

- Ni yo a que me salven - Musito la chica, demasiado fingido como para que fuera creible - ¿a donde vamos?.

- A un lugar.

Ella seguio corriendo a su lado, parecia demasiado real, demasiado humano sin dudas, traia puesto una cazadora negra y unos jeans azules rasgados y converse y actuaba despreocupado como si todo lo que hubiera visto hace un momento simplemente habian sido alucinaciones de Susan.

-  ¿Al menos me puedes decir tu nombre?.

Al escuchar aquello el chico se paro bruscamente y ella choco contra su espalda, puso sentir rapidamente en su mejilla lo fuerte que era aquella espalda, el se volvio a verla y tenia en la cara una sonrisa torcida como si todo aquello fuera una broma, bajo su rostro hacia el de la chica y ella pudo sentir su aliento en su rostro.

- Mi nombre es Dimitri. - Dijo y con rapidez se volvio y camino de nuevo, ella se quedo ahí parada en shock, pero después de unos segundos recupero la compostura y corrio hacia el casí tropezando, se le veia torpe y todas esas clases de artes marciales mixtas desde que ella tenia 14 no se notaban demasiado.

- ¿Y el tuyo bonita? - Dijo con desenfado, cruzo de nuevo la calle y dio la vuelta en un callejón de nuevo haciendo que ella se  mareara esta vez se detuvo en una puerta de metal barnizada de negro, el aire ahí era espeso y olia a humo y gasolina Susan, se paro y el saco una pequeña llave antigua de su bolsillo del pantalon, la abrio y el chico dejo que ella pasara primero pero antes de colarse por la oscuridad del edificio ella dijo en un susurro.

- Me llamo Susan... Susan Gray.

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El primero, se preguntaran como es que Susan siguio a un extraño sin siquiera preguntar por que, bueno es que ella en el fondo después de todo lo que le paso queria saber que era lo que le estaba sucediendo.

Espero que les guste :D

Covers of DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora