Capítulo Uno

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  • Dedicado a Antonio García
                                    

Es un hermoso día para salir a correr. Por fin termino mi rutina de todos los días para luego sacar a laika a pasear un rato. Tomo mi toalla dispuesto a darme una buena ducha, tras una hora de correr por el parque de la cuidad, me merezco un poco la limpieza. Me relajo bajo la suave lluvia de la regadera y medito un momento en lo que debo hacer el día de hoy. Sé que es día en familia, todos mis cuatro hermanos y yo nos reunimos en casa de nuestros padres a almorzar como es costumbre y como todos tenemos libre los fines de semanas mamá y papá establecieron este día para ver tanto a sus hijos como a sus nietos. Mis hermanos llevan a sus esposas y mi hermana a su esposo, a sus hijos e incluso sus mascotas, la casa se encuentra llena de niños de no menos de nueve años corriendo de arriba abajo y como aun no soy padre disfruto cada momento con ellos convirtiéndome en su tío favorito. Con veintiséis años ya sueño con formar una familia, mis sobrinos me lo han sembrado, reconozco que tiene sus retos pero me siento listo. Casandra, mi novia, le hace ilusión la idea aunque no lo expresa abiertamente, pero se lleva de maravillas con mis sobrinos y demás familia. Me lavo el cabello y recuerdo que debo ir por ella después de estar listo, la llevaré al cine con Stella, Joshua, Peter, Matt y la pequeña Cindy.

Salgo del baño casi vestido y camino hacia mi habitación, no tengo gran cosa, solo un pequeño departamento alquilado arriba de una pizzería y está poco amueblado, tengo lo necesario. Bajo el volumen de la música con el control y reviso casi de modo automático mi celular, me sorprenden seis llamadas perdidas en la pantalla; me dispongo a  ver de quien son cuando me cae otra llamada, es Zack, tío de Cassie.

-¿Diga?- contesto de inmediato.

-¿Anthony, eh muchacho?- pregunta con su grave voz y emito una afirmación. –Qué alivio- suelta, su voz se escucha extrañamente entre cortada.

-¿Pasa algo?- me atrevo a preguntar y no entiendo por qué siento el estómago revuelto y un nudo en la garganta.

-Si chico, te necesitamos. Cassie está en el hospital- dice pesadamente con un gemido en el fondo. Mi cabeza rápidamente comienza a apretarme y el nudo en mi garganta es súbito y no me deja hablar. –Ven- solloza.

-¿En cuál está?- pregunto finalmente.

-En el del centro- me informa tornado su voz más firme.

-Llego en quince minutos- cuelgo.

Noto la leve sacudida que dan mis manos. Quizá no sea nada grave, pienso mientras me visto rápido, me meto un pantalón de ejercicio y una camiseta de algodón que serán suficientes, me despido de laika y salgo a paso largo y disparado de mi apartamento, corro escaleras hacia abajo. No hay nadie en la Pizza Delicious así que nadie me pregunta nada, subo a mi carro y me apresuro a salir. Tomo y respiro y recobro la calma.

En el camino voy analizando el tono de voz de Zack. Él es un hombre fuerte, le conozco hace tres años cuando mi relación con Cassie empezó a ser más seria. Zack y su esposa, Melody, han criado y cuidado de mi novia desde que los padres de ella murieron en un accidente automovilístico cuando ella tenía cinco años, la edad de Cindy. Desde entonces ellos han sido como unos padres para ella. En mi mente rondan mil preguntas ¿Se le atraso…y seremos padres? ¿Se volvió a indigestar? ¿Se cayó de algo y se quebró una pierna? Repentinamente me siento mortificado y cada pregunta que me planteo tiene una respuesta lógica. Si tuviera un atraso yo hubiese sido el primero en enterarme, y así a cada una le doy respuesta, menos a la de quebrarse una pierna. Cassie suele ser poco afortunada para eso.

Al inicio de nuestra relación, para nuestra  quinta cita, ella de veintiuno y yo de veintitrés años. Cassie se deslizó cayendo de rodillas rasgándose el pantalón y raspándose la piel. Pasamos toda la velada en la sala de emergencias del hospital en el centro, porque sus raspones lucían horrendos.

Hoy te he extrañadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora