ZoSan #2 (Zoro x Sanji)

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•Romance/Shonen-ai

~Paperman~

Otro día más, [que aburrido] pensó el moreno chico, de cabellos verdes y una cicatriz en su ojo. Estaba por tomar el tren con dirección a su trabajo, lo de siempre.
Pero hay veces en las que destino le gusta divertirse, así que te pone algo que a él lo alegra, y a ti te enamora.

El sonido del tren llegando lo saco de sus pensamientos, ese gran ruido trajo consigo mucho viento. A su lado pasó una hoja, la vió y le pareció extraño; era para una solicitud de empleo, cuando estaba por tomarla, la atrapó un chico, de cabello rubio y con unos hermosos ojos azules, una bella barba acompañaba a sus perfectos labios que tenían entre ellos un cigarrillo a medio fumar. No pudo evitar quedar anonadado por tal belleza que el poseía. El chico lo volteo a ver; en sus labios, se posó la más hermosa sonrisa que en toda su vida había visto.

Otro tren volvió a pasar, trayendo otra ráfaga de viento, haciendo que una hoja de papel fuera a dar a la cara del joven rubio. El peli-verde ahogó una risa y retiro la hoja del rostro ajeno. El rubio, al ver la hoja, soltó una risita; el moreno, extrañado, vió la hoja, la cual tenía cenizas del cigarrillo del rubio. Río, volteando a ver al otro chico, pero grande fue su sorpresa al ver que este ya había abordado el tren.

Algo decaído, el rubio miró atrás, lamentándose el no poder charlar más con el moreno; el peli-verde le sonrió, contagiando su sonrisa al otro, que con esa misma bella mueca se despidió cuando el tren empezó su andar.

El de la cicatriz se quedó ahí parado... Deseando saber aunque sea, el nombre de aquel chico que se robó sus suspiros.

Estaba frente a su escritorio, su maldito jefe le dejo al menos 200 hojas para llenar.

No paraba de mirar la hoja donde ya hacía la marca de ceniza del cigarrillo de aquel rubio, no podía siquiera dejar de suspirar al pensar en sus bellos ojos azules que resaltaban de todos los demás. Una alerta lo sacó de su pensar, pues la hojita estaba apunto de caer por la ventana que estaba a su lado, con sus vivos reflejos la atrapó antes de que fuera demasiado tarde. Al cerrar la ventana, vió una cara conocida. [¡Es él!] Pensó emocionado, pues el mismo chico que conoció en la estación del tren estaba en el edificio que se encontraba frente al de su trabajo.

Le hizo señas, pero el chico estaba concentrado hablando con otro hombre, el peli-verde supuso que por eso llevaba la solicitud, era obvio que buscaba empleo.

Hubiera gritado,.pero su jefe le llamó la atención, al parecer alguien importante había ido y el ni en cuenta. Pero bueno, el punto es que tuvo que callarse, así que tenía que pensar en una manera de llamar la atención del chico antes de que se fuera. Vió la hoja, así que una idea; apartó la hoja que le importaba, y con las más de 200 hojas dadas por su jefe, empezó a hacer aviones de papel.

El primero no despegó bien, así que fue a dar rápidamente con los autos que estaban recorriendo la calle. El segundo despegó bien, estaba apunto de llegar, pero el maldito aire hizo de las suyas y lo desvío; estando así de llegar. Lo mismo fue con los otros, unos estaban por llegar pero siempre eran desviados u otros simplemente no despegaban bien.

Ya no tenía hojas, tan rápido se las había acabado, los demás empleados se le quedaron viendo raro, alejando sus hojas; con temor a que aquel loco joven fuera a arrebatarselas.

En su desesperación, puso sus esperanzas en su última hoja, la que tenía las manchas de ceniza. Estaba ya listo para lanzarla, pero de nuevo el maldito viento sopló y se llevó consigo el avioncito.

[Debe ser una maldita broma.] Pensó desesperado y frustrado. Iba a bajar, pero de nuevo su estúpido jefe apareció en frente de el, con cara de irritación y un nuevo bonche de hojas, que posiblemente eran el doble que el anterior, en vez de poner toda la atención en el, desvío su mirada y vio como el chico rubio ya se retiraba del edificio. El hombre iba de regreso a su oficina, pero volteo cuando escucho a su empleado más joven salir corriendo por la puerta.

La vida es única, ¿no? El no iba a desperdiciar la suya en un trabajo de mierda en el cual no le pagaban lo suficiente como para comer bien.

Quizo seguir al rubio, pero este tomó un taxi antes de que el otro se acercará lo suficiente como para gritarle. Enojado, el peli-verde caminó de regreso a su casa, había perdido su empleo y a su lindo chico en un solo día. Pisó un papel, vió cual era; el de la ceniza, así que lo votó.

Lo que no sabía es que ese viento que tanto odiaba, le diera casi vida a todas esas hojas que lanzó por su venta, haciendo que recorrieran un largo camino hasta encontrarlo. Sintió como todos esos papeles, junto con el viento, empezaban a arrastrarlo, lo cual era casi imposible tomando en cuánta la tonalidad de sus músculos; pero por alguna razón, el mismo no ponía toda su resistencia, así que fue guiado/arrastrado por esa fuerza rara, pero lo que si notó, era como el papel de la ceniza, se alejaba de los demás. Dirigiéndose a una dirección desconocida para el.

Aquel papelito hizo un gran recorrido, buscando a un joven en particular, encontrandolo en un puesto de flores.

El avioncito aterrizó en uno de los adornos florales, atreyendo así la atención del joven, el cual se sorprendió levemente al ver la hojita, la cual se se hacía extrañamente conocida. De la nada, ese papel salió del adorno, dirigiéndose a la dirección contraria a la cual el chico iba; pero por alguna razón, el joven lo siguió, pues algo en el le decía que le gustaría lo que vería.

Corrió tras el papelito, el cual lo llevo a la estación de tren, tomó el primero que ahí había, entonces el avioncito se detuvo, a lo que el chico sólo tomó asiento, esperando para el siguiente movimiento.

Casi llegando a la siguiente parada, el avioncito empezó otra vez a moverse, dando a entender al joven que estaban por llegar a su destino. Sanji reconoció el lugar como el sitio en donde conoció a ese apuesto joven de cabello verde, por lo que se emocionó más.

En frente de el, el otro tren llegó a su destino, por lo cual el bajo rápidamente del suyo. De pronto, una gran cantidad de aviones de papel se hizo presente, trayendo mucho viento y también, al joven que había acaparado sus pensamientos en todo ese alocado día.

Se vieron, sus corazones latieron, su mirada se iluminó, si piel se erizo...

The papermaker was in front of him.

One-shots yaoi (One piece)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora