Capítulo III - Por Elección

5.5K 100 97
                                    


{*} Bueno, en primer lugar quiero pedirles perdón por haberlos hecho esperar tanto. En realidad el problema surgió cuando me senté a diagramar el capítulo y vi que iba a tener el triple de extensión que los dos anteriores, jajaja! En fin, decidí cortarlo a la mitad, por lo que en algunas semanas estaré publicando el capítulo final. Me ha costado mucho desprenderme de esto, pero quizás regalandoselos a ustedes duela menos. He querido llenar en todos esos blancos que la novela dejó y sumar un poco más de historia para Jazmín, porque me niego a creer que en tanto tiempo juntas Jaz y Flor sólo discutían por la vida amorosa de Virginia y Javo. En fin, que lo disfruten, y nos vemos en el próximo capítulo. Saludos y *miles de gracias* por todos los mensajes increíbles que me dejaron!! Ahora sí, que lo disfruten!!


I

Tengo tu voz

Tengo tu tos

Oigo tu canto en el mío

Rumbos paralelos

Dos anzuelos

En un mismo río

La citación le llega a Jazmín entre una pila de cartas de cuentas a pagar, una postal de un amigo que ahora vive en Nueva York, y una revista de Alta Cocina. En cuanto ve la dirección del remitente, Jaz sabe que no es una carta para abrir mientras sale apurada de su casa, con las llaves ya en la mano y la mochila a medio poner. Tira el resto de la pila en la mesa más cercana, pero no puede hacer lo mismo con el sobre membretado. Lo dobla con cuidado por la mitad y se lo guarda en el bolsillo trasero de sus ajustados jeans, a la espera de pegarle una leída en algún momento de la mañana.

No sabe porqué, ni sabe con qué motivo, pero le intriga saber porqué su padre le envió una carta formal cuando hace meses que no le escribe ni la llama.

Se sube a la bicicleta y se engancha los auriculares y se olvida de todo en el preciso momento en que ingresa al Hotel y ve la sonrisa de Flor esperandola en el deck.

-oo-

Jazmín se olvida de la carta por varias horas, empujada por la cantidad de trabajo acumulado que tiene. La siente en el bolsillo trasero, quemandole la piel de a ratos, pero no puede abrirla. La saca, de momento, y lee mejor el sello que adorna la esquina izquierda del pulcro sobre.

" Estudio Sosa y asociados - Derecho de Familia - San Martín de los Andes - Argentina ", reza, con letras pretenciosas y un firulete debajo. Jaz cree que conoce a Sosa, o al menos a un Sosa que era amigo de su viejo. Desagradable, como todos los amigos de su papá.

Jazmín no sabe fehacientemente cuánto de lo que recuerda de su niñéz es verdad, y cuánto está reinventado por el cristal absurdo de los recuerdos de una nena que odiaba a su padre pero no sabía muy bien porqué. Jaz creía que su mamá los había abandonado porque no los amaba, y porque sobre todo su papá no había hecho nada para que su madre no se fuera. El tiempo le demostró que algo de razón tenía. Su padre, en el fondo, nunca hizo nada para satisfacer a su madre más allá de los efectos materiales, de la misma manera en la que nunca se había esforzado con Jazmín, ni siquiera cuando ambos quedaron solos.

Su padre era un hombre grande, tradicionalista, ortodoxo a más no poder. Todo lo que Jazmín no era. Y, eventualmente, las diferencias pudieron más que el amor que ambos se tienen.

Porque todavía se quieren. De eso no hay dudas. Se aman, pero no saben cómo. Cómo ser padre e hija, como mantener un vínculo, como pasar por alto las diferencias, cómo esforzarse más.

Porque lo quiere, Jazmin busca un cuchillo con poco filo y abre la carta con cuidado, leyendo las primeras frases tan por arriba que tiene que volver a leerlas. No las entiende. Le frustra no entender. Siente una tristeza rara, pero conocida. Es la tristeza de quien cree que no puede seguir desilusionandose de una persona en la que no ha puesto mayores expectativas y, sin embargo, se siente desilusionada.

puedes hacer un gran nido en mi Universo (hacer lo que quieras conmigo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora