Pero ¿como le pasaría eso a ella? Eso seria algo imposible, siempre pensé en eso cuando ella me lo intentaba advertir cuando hablábamos hasta noche.
-siempre te voy a querer- me repetía día a día en mensajes y audios de WhatsApp pero ¿eso de que me servía? Nunca tuve el valor de decirle cuando la amaba y miraba sus fotografía pensando lo mucho que la podría hacer feliz si un día me diera la oportunidad sin embargo jamás pude decirle lo que ella era para mi -para que arruinarlo todo- me repetía siempre creyendo que tenía razón hasta que super que efectivamente tenía razón. Solo era un amigo para ella así que tenía que vivir con ello porque ella quería a alguien más así que en mis manos solo estaba apoyarla -en serio la voy a apoyar en algo que me lastima- me pregunte una noche mientras escapaban las lágrimas que morían en la tela de mi almohada hasta perder la noción con el sueño.
Es un día frío del invierno de esos que congelan los huesos al caminar y los pulmones al respirar ese aire que duele, son apenas las 8am pero para mi es tarde así que como de costumbre corro hacia un lado y al otro buscando mi chaqueta favorita para colocarmela sin saber que eso ya no importaria nada, sono el teléfono y lo cojo en un hombro sin notar quien llamaba -lo siento mucho, se nos adelanto- escuche una voz entre lágrimas y mire el móvil, el número de ella pero no era la voz de ella -perdón, quien eres- pregunte -soy su madre, acaba de fallecer- contestó mientras cayó el teléfono golpeandose con el piso seguido de mi cuerpo contra la pared -NOOO!- ahogo mi grito con mi mano, me levanto y camino a mi cuarto con un cuchillo en la mano sabiendo que no volvere a ver el sol -ahorita nos vemos- pienso mientas roso mi dedo el filo del cuchillo.