A veces... Pienso en cómo sería terminar con mi vida, dejar de respirar, cerrar los ojos y olvidarme de todo... Responsabilidades, escuela, trabajo, amigos, enemigos... Absolutamente todo, borrado.
También pienso en las maneras de hacerlo, en todas las posibles formas de ejecutar mi muerte, o incluso nuestra muerte. Podría tener a alguien con quien fallecer, y borrar al resto de mundo los dos juntos. Compartir mi último aliento con alguien, compartir el último trago y ser testigos de nuestra propia muerte. Después de esto comienzo a reflexionar sobre mi mejor compañero de muerte, ¿quién me podría acompañar hasta el fin del mundo? Y hasta ahí acaban mis reflexiones, ya que siempre acabo llegando a la misma conclusión: mejor solo que mal acompañado.
Quizá esta sociedad es la que nos educa de esta forma, quizá soy yo o quizá somos todos, solo que nada más soy yo quien se atreve a gritárselo al resto del mundo... De todas formas, esto solo acaba siendo un pensamiento, ¿quién no ha imaginado como sería su muerte? No es que me quiera suicidar o algo, tan solo estoy... Pensando.
Quizá el hecho de pensar en la muerte, sea nuestra o de quien sea, se ha acabado haciendo un cliché, cuando la muerte es tan necesaria como la vida.
Pero bueno, quién soy yo de todas formas para hablar de eso, ¿no?
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Relatos ilustrados
RandomRelatos independientes uno del otro, mayoritariamente centrados en diferentes tipos de pensamientos, junto a ilustraciones que los acompañan