Capítulo 1: "La vida sigue"

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—En verdad que no lo entiendo —dije para mí misma, mientras leía algunos antecedentes de Cael— No tiene historial psiquiátrico, ni nada por el estilo. ¿Por qué entonces actúa como si quisiera ver a Natalie? Se supone que ella es la mujer que lo secuestro y quién sabe cuántas cosas le hizo —Relamí mis labios, sintiéndome frustrada.

No estaba en las mejores condiciones de seguir trabajando, en verdad creo que necesitaba un descanso luego de todo lo que había pasado. Pero no puedo darme ese lujo aún.

—Te ves un tanto estresada —dijo Hiroshi, traía un café en sus manos y me lo extendió— Deberías descansar un poco.

—No puedo descansar ahora, necesito averiguar qué le sucede a la víctima.

—El caso está cerrado, Yûki. Después de nueve años, el caso al fin se cerró. Gracias a ti —Tomé un sorbo del café que me había regalado y sentí un pequeño alivio al sentir el calor expandirse a través de mi garganta.

—Gracias a Angélica. Ella la descubrió antes que yo —Aclaré— Sin los datos que ella guardó, quizás hubiera tardado más en descubrir a Natalie.

—No trates de quitarte el crédito, también fuiste quien la atrapó —respondió sentándose a mí lado, en una silla que pertenecía al puesto de Xavier, un compañero de trabajo.

—Cael, la persona que secuestró Natalie. Tengo un mal presentimiento con él, siento que quizás podría hacer lo mismo que ella. Repetir la historia, él no parece una persona ingenua, sin embargo, es claro que no está en todo consciente de lo que está pasando —dije recordando sus últimas palabras— Él me dijo que quería verla, me dijo que quería ver a Natalie.

—Eso es raro —respondió, haciendo que su sonrisa desapareciese— ¿No fue él quien la mató?

—Sí, por eso me llama tanto la atención. Además, ¿por qué querrías ver a la persona que te tuvo en cautiverio por casi un año entero?

—¿Cuándo le harán el examen psicológico?

—Me dijeron que una vez que se recuperara físicamente, está bastante demacrado. Tu viste su rostro, estaba increíblemente flaco, con las mejillas casi inexistentes, se le marcaban notoriamente los huesos de la cara —dije recordando su imagen— No hay comparación entre su yo actual, y su yo anterior.

—Déjame ver su historial.

—No hay mucho que ver. Más que se vio involucrado en un asesinato hace dos años, pero tan solo dio su testimonio, ni siquiera fue considerado un sospechoso.

—Comprendo —dijo mientras leía los papeles que le había entregado— Tienes razón, no hay mucho que ver en el caso de Celia Black.

—Indagaré un poco en este caso en mi tiempo libre —comenté viendo la foto de la víctima, una chica sonriente, de cabellos castaños claros y ojos oscuros— Me llama la atención.

—Eres consciente de que el caso cerró ese mismo año, ¿verdad, Yûki?

—Sí, lo sé —respondí recibiendo los papeles que antes le había extendido— Pero, de todas formas, me gustaría averiguar si esto tiene algo que ver con su estado mental actual.

—Tan terca como siempre —dijo levantándose de la silla— Procura dormir bien, estoy seguro que mediante el caso de Natalie no dormiste lo suficiente y no me gustaría encontrarte por algún lado colapsada.

—Sí, señor —Tomé un poco de café y sonreí levemente, lo preparó él.

—Nos vemos mañana —Y se fue.

El café estaba demasiado amargo, tal y como él los prepara.

Miré los papeles una vez más y terminé guardándolos en el cajón de mi escritorio, lo cerré con llave y la guardé.

Compréndanme, estoy desesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora