Capítulo 10

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-Ya llegué a casa. -Abrió la puerta con suma lentitud, algo no le cuadraba bien porque desde fuera había notado que todas las luces del interior estaban apagadas. Miró con sus hermosos ojos azules al interior, pero por la suciedad de los cristales le era imposible observar nada. Cuando entró, notó que solo una luz estaba prendida, y era la de la cocina.

Caminó rápido, pero sin hacer el más mínimo ruido, tenía miedo de que se tratara de un ladrón, y aún con sus apenas diez años, se adentró más y más, pero, lo que se encontró no tenía nada que ver con lo que esperaba.

Una mujer triste, desolada y terriblemente golpeada recogía con anhelo unos pedazos de vidrio que se encontraban en el suelo, ella no temía si se cortaba o no, ya que sus manos ya tenían unas pequeñas marcas rojas y algunas más grandes que otras. Niall, ante la simple imagen de su madre se lanzó al suelo, rasgando su pantalón del colegio, no importaba; la detuvo e hizo que lo mirara, asustado.

-Mamá, ¡Mamá! Mírame, mami, mírame por favor ¿Qué pasó? ¿Estás bien? -La sacudió un poco, hasta que por fin, la mujer rubia levantó su vida, encontrándose con esos orbes azules del Horan, llenas de lágrimas.

-Amor ¿Cómo te fue en el colegio? -Preguntó, empozando una triste sonrisa en su rostro.

-¿Qué cómo me fue? ¡Mamá! Dime qué demonios pasó.

Él movió su mirada, observando todo el lugar, los vidrios estaban cerca de su madre, junto al marco de una fotografía partido a la mitad ¿Y la foto? Esta se encontraba encima de la mesa pequeña que tenían en esa habitación, Niall, solo estirándose un poco, observó aquel papel fotografía y solo entonces comprendió que había ocurrido, en la imagen estaban él, su madre y su padre, una foto que se tomaron hace ya más de 4 años.

-Tú papá... se fue de la casa de nuevo. -Murmuró ella, intentando sonreír. -Pero confió en que va a regresar, no te preocupes, sino... yo... lo iré a buscar...

-¿Te golpeó? -Preguntó él, cerrando su puño con fuerza, al igual que sus ojos, eso ya era demasiado.

-No, estoy bien, cariño.

-¡¡No me mientas!!

Niall se levantó, tomando a su madre de las muñecas logró que ella también lo haga, y solo entonces, gracias a la claridad de la habitación, observó todo el rostro de la rubia lleno de moretones rojos y alguno que otro morado, si así estaba su cara, no quería ni imaginar cómo se encontraría su cuerpo. Sus dientes rechinaron por como forzó los dientes, intentando ahogar un grito lleno de odio, aunque igual, empezó a maldecir en voz alta, asustándola.

-¿A dónde se fue? ¿A dónde se fue mi papá? -Empezó a preguntarle, sacudiéndola de nuevo, ella seguía sin responder, negando muchas veces con la cabeza, si hijo apenas tenía 10 años ¿Qué tonterías estarían pasando por su cabeza? -¿No me lo dirás, cierto? -Susurró, intentando calmarse, volvió a soltar a su madre, pero ahora se lanzó sobre ella, abrazándola.

Niall no era un niño fuerte, desde muy pequeño tuvo que soportar ver a su padre engañando a su madre con otra mujer, en su misma casa. Cuando se lo contó a ella, se dio cuenta de que también lo sabía, pero no hacía nada por sacárselo en cara. Así pasó los siguientes cuatro años de su vida, él siempre había querido encarar a su madre, decirle lo mierda que era al tratar tan mal a su madre e incluso muchas veces le decía que se largara de la casa. Pero nada salía bien, solo terminaba recibiendo golpes, y cuando ella, como buena madre, venía para defenderlo, solo lograba que todos los golpes se dirijan a su frágil cuerpo. Niall era el causante de la mayoría de las marcas y moretones permanentes de su madre y por eso siempre le pedía perdón, aunque no hubiera hecho nada malo, más que defenderla.

week of love ♡ larryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora