Único

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Caracteristicas

Este fic participa: para la página de Facebook "Sakura Princess Yaoi Multishipper Marvel", en el "Intercambio de Fanfics Primavera 2018".

Amigo secreto: Eliot Stark. (espero te agrade =^u^=)

Universo: Marvel Cinematography Universe /AU-Sin poderes/AU-Universidad

Pareja: Stony/Steve Rogers x Tony Stark

Promt: Una cita en la que ambos son plantados; Stark por Pepper y Rogers por Sharon(?)

Lemon: Sip, por petición de mi "amigo secreto", hay variedad pero perdonen sino es de calidad, soy malísima para el erotismo pero juro que di mi mejor esfuerzo.

Género: Comedia/Romance. Okey, tuve un ligero problema con la parte de comedia y es leve, pero de que tiene su gracia, lo tiene.

Numero de palabras: 12,420... intenté hacerlo corto pero, bueno, no supe que ocurrió.

Desclaimer: Los personajes le pertenecen a Marvel y a su padre adoptivo, Disney; La trama(promt) en sí le pertenece a Eliot Stark; El contexto de la historia, los escenarios y para hacerlo corto, la historia completa sí es mía y está prohibido su plagio. Inspirada levemente en la canción de "Zaz – Je Veux"

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Papala papa pala.

Tony tamboreaba sus dedos sobre la superficie de la mesa, al ritmo del ruido común que se encontraba de fondo y al cuál no le estaba prestando ni la más remota atención más que a su constante resonar, porque con su mano izquierda no paraba de escribir fórmulas para su proyecto allí sobre el mantel rojo con tres manchas de chimichurri; una de salsa de tomate y otra cuya procedencia prefería mantenerlo en ignorancia por su sospechosa textura verde. Pero su mente tampoco estaba consciente de la formula, aunque siendo él, tal vez ya la haya alzado en sus archivos mentales para poder verificarla más tarde.

— Hey, ¿ya sabes qué vas a ordenar?

El mesero, Gavin. Garry. Charly, ¿Mandy? El fulano delgaducho cuyo rostro reflejaba más miseria que los sirvientes del emperador Chino antes de ser enterrados vivos con los restos de su líder, más un barro gigante a punto de explotar en la mera punta de su nariz pequeña, estaba ahí parado a su lado intentando hablarle.

— ¿Hola?

Diablos, no recordaba cómo se llama. Puso en su rostro una de sus sonrisas comerciales, de esas que su madre le enseñó a poner para las fotos familiares que estaban en primera plana cuando era niño. De esas que dicen "púdrete con mi más sentido pésame", tan cordial.

— Martin, dame diez minutos más, ¿quieres? Tú menú tiene cosas tan interesantes que todavía no me decido.

Dejó que su sarcasmo venenoso saliera a flote, pero tal parecía que a su mesero, ¿Martin? ¿Brandy? Bueno, el susodicho que se asemejaba a un perezoso anoréxico humanoide, chasqueó la lengua, cerró su libretita y se fue, dejándolo de nuevo con sus ecuaciones y su tamboreo dedal que no podía tener ninguna sinfonía armoniosa si seguía copiando lo que sea que estaba sonando de fondo.

¿Por qué decidió ir a cenar ahí? Nunca había buena música en vivo, las bandas invitadas eran los mismos grupos de la universidad que iban una y otra, y otra vez al sitio sin nada interesante que tocar; el lugar también era pequeño, como si fuese un saloncito con mesas de manteles rojos alrededor sin mucho espacio para transitar, un escenario al fondo y atrás se suponía que la cocina, los baños del lugar se encontraban a fuera del recinto y no eran exactamente higiénicos. La comida en todo el menú –qué vaya que era extenso–, no tenía pizca de sabor a menos que pidieras la pizza de pepperoni con triple queso y se embarrase de aderezo de chipotle, cátsup y chimichurri.

Papala Papa PalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora