|02

80 6 1
                                    

①Nota... El primer capítulo, quise que fuera más relajado, y no empezar de rápido con lo fuerte, así que para eso vayan preparando sus corazones y una biblia.

Y este capítulo es un poco largo así que tomen palomitas señores que la cosa se prendió.

Jimin pov 

 Realmente un nerviosismo invadía mi estómago, intentaba calmar el dolor estrujando mi pancita con mis manos, no sabía que me aterrorizaba más si la altura a la que nos encontrábamos o mudarnos, podría tener esperanzas de ser feliz en otro país, aunque para empezar no sabía que era eso, lo único que me hacía sentir contento era estar en los brazos de mami.

—Jimin mi amor, tranquilízate —Acaricia suavemente mis mejillas redonditas. —Pronto llegaremos.

 —Mami ¿Él no nos encontrara o sí? — Pregunto mientras aprieto mis manos, provocándome daño.

 —No amor —Pone su mano cálida sobre mi cabello removiéndolo gentilmente —Ah! Jimin. —Grita asustada.

 —¿Qué pasa mami? —Doy un pequeño brinco en el asiento del avión, me asusto más su grito que la araña que se encontraba volando por mi lugar.

 —No hagas eso mi amor —Toma mis manos que al parecer de ellas estaba escurriendo unas gotitas de sangre. — No te lastimes.

 —Lo siento mami no me di cuenta estaba muy nervioso.

 —Está bien pero ya no lo hagas, me duele verte lastimado —Besa mis manos dejando la sensación de calidez, de amor.

Pasaron unas cuantas horas hasta que llegamos a Kansas, me sentía muy cansado pues veníamos desde Florencia, ya habían sido muchas horas de vuelo.

Mi mami le marco a mi tía para avisarle que ya habíamos llegado, parecía un mundo diferente, demasiadas cosas nuevas, todo paso demasiado rápido cuando me di cuenta ya estaban enfrente mío.

Era demasiado tímido para saludar, junto a la mujer que era mi tía se encontraba un niño se veía un poco más grande que yo, me daba miedo daba la apariencia de un chico rudo.

Aunque trataba de hablar mis labios, me lo impedían, y mis piernas temblaban al intentar caminar, sentía algo en mi corazón, cierto miedo de que no pudiéramos vivir bien aquí.

Caminamos hasta llegar al auto, tan pronto como entro en él, me siento más relajado, respiro hondo para mirar al frente viendo como comenzamos a avanzar lentamente, cuando me doy cuenta tenía una dona enfrente de mi volteo a verlo, al parecer me la estaba ofreciendo, saber que él me la había regalado me ponía contento, de cierta manera me tranquilizaba. Mi sonrisa era imposible de ocultar y conforme iba riéndome mis ojitos sentía que se cerraban.

No solo se veía rica, si no que estaba deliciosa, amo las cosas dulces y me ganan con ellas, todo el viaje estuve feliz me tranquilizo saber que al menos el primo con quien viviría es bueno. Suelo confiar y en cariñarme muy rápido con las personas esa era mi mayor debilidad, pero para mis seis años aún me faltaba mucho porque vivir y aprender.

Todo el camino estuvimos en silencio, las únicas voces que se oían eran la de nuestras mamás, varias cosas no las lograba entender pues hablaban en un tono muy bajo, como si discutieran acerca de algo, lo único que alcance a oír era un nombre un tal Anderson no sé qué, así que mejor decidí concéntrame en lo mío.

En pequeños momentos volteaba minuciosamente a ver a mi primo, su rostro era muy bello, sus facciones bastante finas seguro que es muy popular en la escuela, varios pensamientos llegaron a mi mente si tan solo fuera igual de guapo que él, a lo mejor todo sería diferente.

Seductions ɪɪ 「ʏᴏᴏɴᴍɪ +18」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora