Conociendo A Geraldine

Nadie es esencial

Después de ese dia, seguimos hablando con esas dos personas que conocimos en el festival mencionado en el relato anterior.
Una de las chicas era menor de edad y la otra era un año mayor que yo, estaba estudiando Francés en una institución privada situada en la capital. Tocaba el piano y hablaba muy fluido para no decir a la perfección, el inglés.
Esta persona tenia muchas aspiraciones y oportunidades, la admiraba por ello; por lo tanto me interese por ella pero nunca tuve mucha fé en conseguir algo con ella. Lamentablemente me equivoqué.

Lo que viví con ella me enseñó que nadie es esencial (como fue llamado el titulo de este relato) y que todos somos reemplazables, aprendí que no te hace una mala persona reemplazar a otra u otras personas y que nadie por mas cariño que se le tenga es esencial, mucho menos si se presenta el caso en el que esa persona te hace mal o te estanca.
Haciendo hincapié en esto voy a empezar a contar que fue lo que pasó...

Empezamos a hablar y sin mucha prisa nos hicimos un tiempo para compartir juntos, me parecía raro porque como anteriormente mencioné, era una persona con muchas ambiciones lo cual generaba una diferencia enorme entre nosotros debido a que yo directamente no las tenia tan presentes, estaban ahí pero por el momento no pensaba en realizarlas, no tenia prisa alguna.
Arreglamos un encuentro y la lleve a un lugar no muy lejano pero muy lindo para caminar y charlar por horas que era lo que mas me interesaba hacer con ella, cuando conozco alguien con aspiraciones y que sepa algo que yo no sé, me intereso de lleno en esa persona y trato de absorber algo de lo que sepa o por lo menos contagiarme de ese entusiasmo en cumplir sus proyectos para tratar de descubrir que es lo que mueve a esta a realizarlos.
Mi problema nunca fue el proyectarme cosas a futuro mi problema era sacar entusiasmo suficiente para empezarlos mejor dicho.
Caminamos por una hora aproximadamente y nos sentamos ya que hacia bastante calor, tomamos agua de una botella que habíamos comprado y charlamos.
Al poco tiempo noto que la barrera del contacto empieza a romperse poco a poco, sentía que me estaba probando, y como no sabia como reaccionar me puse nervioso.

¿Quien nació sabiendo que es lo que quiere la otra persona cuando pasa eso? Lamentablemente no hay una guía o manual en pdf para saber que es lo que quiere la otra persona, eso nos ahorraría muchos momentos incómodos y malentendidos.

Entonces a la hora de notar que no había reacción alguna de mi parte y sin muchas preocupaciones, me besó.

Había quedado sorprendidisimo. De entrada ya me parecía mucha mujer para mi, no me sentía parte de su target, ella tan interesante y yo tan sencillo, quizás hasta podría decir básico.
Quizás buscaba un poco de tranquilidad en mi que quizás no podía tener de otra persona como ella.

¿Y que paso?

A las semanas fuimos novios.

No lo dudé mucho, seguía viendo a Candela pero no tenia lo que quería de ella, no tenia contención ni cariño, entonces trate de reemplazarla con ella, sentía que tenia que tomar distancia porque eso que seguía sintiendo por ella seguía haciéndome mal.

Conocí a su familia, me hice muy amigo de su sobrina, ellas se hicieron amigas de mis amigos, a esta altura no sentía que hacia falta mencionarla por su nombre pero voy a tener que mencionarla porque a raíz de lo que acabo de decir se desataron una serie de situaciones que mas adelante voy a contar.
Su nombre es Florencia.

Estuvimos un mes creo, como mucho.

A esas relaciones las llamé "Noviazgos relámpago" y lamentablemente tuve muchas que no creo que sea necesario mencionar porque no aportan mucho a este conjunto de relatos, y porque siento que hay otros que si.
Estuvimos ese mes y seguimos siendo amigos, a partir de esa relación fue cuando empecé a preguntarme a mi mismo a modo de chiste y haciendo referencia a Los Simpsons -"usted no aprende verdad?".
Seguimos compartiendo salidas y amigos, ella me vio con otras personas y yo a ella con otras. No resultaba molesto en lo mas mínimo así que podíamos hacerlo sin problemas.

Por suerte nadie es esencial y todos somos reemplazables.