Capitulo 24. DM

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La vida es como una obra de teatro. Las personas que actúan en ella maquillan o enmascaran sus rostros, de manera que presentan al publico lo que les convienen. Buscan la aceptación del publico, sus aplausos y aclamaciones. Pero lo que se ve, lo que se cree ver, no es nada a comparación de lo que en verdad sucede.

Detrás de bambalinas, los actores se quitan las mascaras y se convierten en personas completamente diferentes. Las pelirrojas lindas en monstruos, las chicas inteligentes en trastornadas, los chicos malos en caballeros silenciosos. Y creen, erroneamente, que por el hecho de haberse quitado el disfraz ya no hay nada que los ate al escenario o al publico. Pero la realidad, es que todo lo que hacen en la oscuridad,ñ encuentra el camimo a la luz y, sin darse cuenta, afecta la historia de los otros actores.

Draco creyó, erroneamente, que dejar embarazada a su novia no tendría porque afectar su vida de forma negativa. Si había logrado ocultar sus escapadas a la sala de los menesteres a altas horas de la madrugada, no sería difícil ocultar un embarazo a tan poco de graduarse. Sería divertido encargarse de la ropa de Astoria, obligarla a vestir ropas anchas que ocultasen su barriga. Le harian sentir mucho más unido a su novia y a su bebe.

La cosa es que, a nadie le importaba cuantas veces se acostará con su novia, por lo cual nadie se lo había mencionado. Pero que Draco Malfoy estuviera en espera de un hijo, era una cosa diferente.

Draco estaba preocupado. La mascara que había decido usar desde hacía tiempo comenzaba a resquebrajarse, dejando a la vista los horrores de su ser. Él no quería eso. No quería ser juzgado por lo que estúpidamente hizo cuando era joven, y menos ahora que estaba tan ilusionado.

Caminaba con rapidez, sabiendo que el tiempo estaba en su contra, dirigiendo a la dichosa sala de los menesteres. Intentaba, al mismo tiempo, responder a las preguntas de Hermione.

-¿En verdad Astoria esta embarazada? -inquirió por tercera vez la castaña, recibiendo nuevamente un asentimiento de cabeza. -¿Sabes en que problema estas? Tan solo tienes dieciocho años.

Draco soltó un bufido. Ser padre a temprana edad era lo que menos le preocupaba. Sabía que recibiría el apoyo incondicional de sus padres y que haría todo lo que estuviese en sus manos por educar a su prigonetico de forma diferente a como están acostumbrados los sangre limpia. Pero para ello, tendría que seguir vivo al día siguiente y siete meses después.

-Ser madre no te hace ilusion ¿verdad? -Draco miro fijamente a su amiga, queriendo leer la verdad o mentira en sus ojos.

-Creo que todo debe ser acorde a una edad, y esta no es la adecuada para ser madre. -respondió la castaña con seguridad. -Además, hay otras cosas que complicarán tu paternidad.

-¿Cuáles?

-Ese niño llevara en su sangre la misma que Voldemort.

Aquello hizo que Draco desviará la mirada. El tema de su verdadero padre había estado molestandolo desde hacía días. Su hijo no tendría necesidad de saber toda aquella historia, pues Lucius y Narcissa harían la función de abuelos. Pero la supuesta verdad podria llegar a sus oídos y desatar un caos en la familia Malfoy.

-No quiero pensar en ello. -dijo negando con la cabeza. -Lo que importa es lo que estas por hacer.

Llegaron a la sala de los menesteres. Draco paso por la pared tres veces. Cuando la puerta apareció, asomó la cabeza.

Astoria estaba acostada sobre un piso de almohadas, mirando a la puerta con luguria. Llevaba un vestido rojo pegado a su voluptuoso cuerpo, marcando su cintura y el pequeño bulto de su estomago.

A pesar de tener dos meses de embarazo, Astoria se mantenía en forma. Le gustaba ser una mujer activa y eso le evitaba subir de peso.

Draco pestañeo rápidamente, maravillado con las largas y brillantes piernas de su amada, asomándose por los pliegues de su vestido. Abrió un tanto la puerta e intento entrar, pero una respiración en su nuca le recordó que no estaba solo. Hermione estaba apoyada en su espalda e intentaba mirar sobre sus hombros.

De forma intencionada, Draco dio un paso al frente, tan largo que hizo a Hermione estirar los brazos más aya de lo posible y caer de rodillas sobre las almohadas.

La reacción de Astoria fue levantar una de las almohadas para cubrirse.

-¿Qué hace ella aquí? -preguntó con enojo, fulminando a su novio.

-¿Algúna vez te conté sobre mi gusto al triolismo? -contestó Draco poco antes de recibir un almohadazo. -Creo que no.

-¿Qué haces aquí? -preguntó su novia a Hermione, quien se había terminado por sentar en las almohadas.

-No tengo idea.

-He decido que Hermione rompa el hechizo al que Harry esta sometido. -dijo Draco, recuperándose del golpe.

Los ojos de Astoria se abrieron como platos, mirando alternativamente a su novio y a Hermione.

-Ella no. . .

-Ella lo hará, me lo ha dicho.

-He dicho que lo haré si antes me explicas. -replicó la castaña, exigiendo con el tono de su voz que se cumpliera lo pactado.

Draco se dejo caer entre su novia y amiga, frotándose el rostro con cansancio. Después de tantas cosas, de tanto sufrimiento y mentiras, por fin dejaría que la verdad, o parte de ella, aflorara en su garganta.

-Hace poco me dijiste que Ginny estaba dándole a Harry alguna clase de filtro del amor, posiblemente el que produce George. -Hermione asintió con la cabeza. Después de que Ron le platicase lo que había sucedido con su hermana el día en que Harry fue internado, Hermione fue y le contó sus sospechas, pues necesesitaba desahogar la furia que aquello le había provocado. -La verdad es que se trata de amortentia, una versión que ella a creado, de manera que no es tan instantánea que la original. Ha hecho que Harry la beba desde el sexto año, en pequeñas dosis que lo han ido enamorando de ella. Claro, el resultado sigue siendo una farsa.

Las mejillas de Hermione se pusieron rojas.

-¿Y cómo lo sabes?

Era ese momento en que las cosas se pondrían turbulentas y confusas para Hermione. La historia que ella creía conocer, los actores y sus posibles motivaciones, estaban por dar un cambio tan radical que la harían desear bajar de la tarima. Pero los reflectores, aquellos que iluminaban a sus amigos y enemigos, ahora iluminaban únicamente a tres personas. Ella, a quien finalmente la curiosidad le había impedido bajar del escenario. Y ellos, cuyas actuaciones no se habían limitado a lo que el publico podía ver. Habían actuado tras bambalinas, y hoy, todo aquello que habían prometido callar, salía a la luz.

Draco miro unos segundos a su novia. Ella estaba sentada a escasos centimetros, midiendo de ante mano la reacción de Hermione. Sabiendo que Astoria no permitiría que lo lastimaran, hablo.

-Porque yo fui quien le dio la idea y le dije como hacerlo. Yo le enseñe.

Tal vez no estaba demasiado atenta o creyo que era lo correcto, pero Astoria no hizo nada cuando la mano de Hermione cruzo el rostro de Draco.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2018 ⏰

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El Ciervo en Lágrimas {Harmione}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora