Pequeñas historias que compartimos

III

Narra Amy:

Por más que lo intento no puedo desviar mis ojos de él. Es perfecto. El color que refleja la pureza que hay en su corazón, me tiene fascinada. La gracia y sensualidad con la que se muestra coqueto a mis ojos.

El aroma que llega a mis fosas nasales me derrite y me enloquece. Ciertos cosquilleos electrizantes se adueñan de mi cuerpo con cada minuto que paso observándolo.

Es una completa tortura poder verlo, pero no tocarlo.

No lo resisto más y me veo rendida a pasar mis manos por él. Su textura es única, jamás creí que puediese existir algo semejante. Es cálido y agradable al tacto que siento como me hipnotiza y enciende mis hormonas.

Todo es maravilloso en este momento que no me creo capaz de separarme de él nunca más.

-Amelia. - de repente la voz molesta de Shadow irrumpe en aquel encuentro.

Lo observo con cierto temor, pero procuro que se note más la decisión que acabo de tomar y que nada de que haga me hará considerar lo contrario.

-No me mires así Rose. - me dice al notar mis intensiones - Te di el gusto de recostarte conmigo solo porque hiciste berrinche de tocar y recostarte sobre mi pelo en pecho. Pero ya llegaste al límite de mi paciencia y no esperaré más. Apresurate y vamos a cenar de una buena vez.

-No quiero - le respondo caprichosa - Estoy muy a gusto aquí y no pienso levantarme.

-¿Estás segura de lo que dices, mi pequeña? - pregunta mi erizo de lamparines carmesíes con una voz seductora. Me pongo nerviosa por ello y trato de desviar la mirada - Porque yo tenía planeado que apenas terminácemos con la cena podriamos disfrutar de un postre algo singular. Al menos hoy me encuentro, particularmente, hambriento de fresas.

Sin compasión Shadow comienza a mordisquear mi orejita con suavidad y ternura. Siento como la sangre se acumula en mis mejillas y como la parte baja de mi cuerpo se humedece de forma leve.

-Mucho me temo que hay un problema respecto a eso. - le digo tratando de contener gemidos que delaten mi situación actual - Alarmado Shadow levanta una ceja a la espera de que sea más específica - El problema es que no creo poder aguantar hasta después de la cena.

Una sonrisa atrevida aparece en el rostro del azabache y deja escapar una leve carcajada de sonido celestial. Me levanta en brazos del sofá en el que nos encontrábamos recostados y tras un beso apasionado me dice:

-De ser ese el caso estoy seguro de que en cuanto lleguemos a la cama tendremos una solución.

Un nuevo beso se presenta entre nosotros y sin romper el mismo solo hizo falta un Caos Control para llegar a la habitación.

Lo último que puedo decir es que esa noche fue una de las muchas inolvidables que nos esperan.

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Holiwis mis sensuales lectoras y lectores.

Espero que este breve capítulo haya sido de su agrado. De ser así no olviden picarle a la sensual y torpe estrella y dejarme sus opiniones en los comentarios.

Los amodoro mucho.

Sin más que decir...

...Eve cambio y fuera.