§ 3spęčïæl Pâsçûås §

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-tu nOMbRe eS caNdeLA vErdAd?-

Lo único que escuchaba, lo único que percivia, lo único que sentía, lo único que distingia.

-jajajaja- una risa maliciosa por parte de alguien.. no lograba saber quién.

Le atormentaba. Le mataba. Durante horas solo escuchaba eso. Una y otra vez. Las mismas voces repetidas como si fuesen una película sin final.

Escuchaba unos leves golpes provenir de detrás suyo, pero no conseguía darse la vuelta.

Estaba atrapada. Tenía que escapar.

Un sonido metálico la hizo despertar de su pesadilla que parecía no tener final. Poco a poco fue entre abriendo sus ojos dejando ver unas pupilas totalmente negras con un iris de tonalidad verde opaco.

A medida que tomaba conciencia de la realidad el miedo se apoderaba de su cuerpo. Tardo un par de segundos pero abrió sus ojos por completo permitiéndose examinar el lugar.

Todo el lugar era muy sombrío debido a la oscuridad que causaban las ventanas tapadas por cartones. Las paredes pintadas de un gris muy desgastado con tonalidades rojas por algunos lugares daba a entender que ese lugar no había sido utilizado en mucho tiempo . La castaña juraría haber visto la forma de una mano entre todo ese conjunto de colores que adornaban las paredes de lo que aparentaba ser un piso de un edificio abandonado.

La adrenalina y el miedo recorrieron toda su columna vertebral enviando una corriente de calor por toda su espalda. Su respiración se volvió agitada al ver una sombra a lo lejos chocando metal con metal.

Por puro instinto trato de mover sus extremidades, aunque esto resultó inútil ya que se encontraban aprisionadas por unas frías cadenas más desgastadas que las paredes.

En ese momento lo entendió..

Había salido de una pesadilla para entrar a otra.

(...)

-es por su seguridad- comenzó a explicar la morocha ya muy cansada de repetir esto una y otra vez.

Ambos chicos, tanto el encapuchado como el pelinegro se negaban a obedecer sus órdenes.

-escuchenme- hizo una breve pausa para que así ambos notarán que esto no era para nada un juego, la vida de muchos estaba en riesgo, inclusive la de ellos. - la primera vez fue tras ustedes, y ambos sabemos que no fue al azar. Tengan por seguro que volverá por ustedes-

Sofía era la encargada de poner a salvo a ambos chicos. Ocupando uno de los puestos más altos de la policía tenía que ser participe de este caso como fuera posible.

-y si no quiero?- pregunto desafiante el encapuchado. No estaba contento con el echo de quedarse dentro de casa sin hacer nada mientras una psicópata andaba suelta por ahí haciendo quien sabe que.

-tendré que llevarte a la comisaría y encerrarte hasta que todo esto pase- la morocha, ya cansada de todo esto, dirigió una mirada al pelinegro quien parecía estar recapacitado.

- Mike, piénsalo - hablo finalmente el pelinegro. La oficial decidió dejarlos solos convencida de que el morocho lograría convencer a su acompañante.

-no quiero quedarme sin hacer nada entiende- admitió el encapuchado frustrado por toda esta situación. Agitando sus manos exageradamente demostrando que todo esto lo sobrepasaba continuo - en estos momentos podría estar torturando a alguien. O quién sabe, algo peor-

◇ Al Rescate Entre Portales ◇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora