Esta historia forma parte de lo que he llamado Los Cuentos del tío SilentDrago.
Un estridente grito acabó con la calma reinante en un pequeño departamento de la ciudad de Tokio, llamando la atención de todo aquel que lo oyera:
- ¡MAMÁ, NO ENCUENTRO EL AZÚCAR!
- ¡Busca en el cajón de arriba, hija!
La gritona era una chica pelinegra con ojos color rubí. En ese momento, la susodicha se encontraba en la cocina de su casa preparando unos pastelillos.
«¿Por qué tengo que ser tan baja?», pensó mientras resoplaba molesta.
Y era verdad. A pesar de estar en tercer año de preparatoria, su estatura y aspecto la hacían lucir como una niñita. No le quedó otra opción que subirse a un banco para poder alcanzar lo que quería.
«Las cosas que tengo que hacer».
Cualquiera que viera a la muchacha notaría lo diestra que era en lo que se refería a cocinar: cómo mezclaba los ingredientes, cómo daba forma a la masa, cómo la decoraba; todos sus movimientos estaban calculados. El resultado: unos pastelillos de aspecto apetitoso se exhibían frente a ella un rato después.
«Perfectos. Aunque claro, no podía esperarse otra cosa de la gran Nico Nii».
Guardó su preparación en una pequeña canasta y después se dirigió a su cuarto a cambiarse de ropa.
«¿Qué me pondré? ¿Qué me pondré? Tengo que verme más linda de lo que ya soy».
Terminó escogiendo una polera y un short, ambos rosados pero en distinto tono. A ese atuendo le agregó una chaqueta roja con capucha; hacía algo de frío afuera.
- Mamá, voy saliendo –le dijo a su progenitora, quien en ese momento se encontraba sentada en el sillón.
- Cuídate, hija. Diviértete con Maki-chan.
- ¡¿Qué?! ¡¿Qué te hace pensar que voy a ir a ver a esa tsundere?!
- ¿Entonces los pastelillos que estabas preparando no son para ella?
- ¡No, no, por supuesto que no! –respondió Nico con un ligero rubor y desviando la mirada.
- Pues yo pensé que sí. Como el otro día me dijiste que estaba enferma...
- ¡No sigas! ¡No son para ella! ¡Adiós!
La señora Yazawa no pudo evitar soltar una risilla al ver a su primogénita salir a toda prisa.
«Hija, no puedes engañarme. ¿Por qué tan avergonzada? Creo que harían una linda pareja».
(...)
«¡Agh, no se me ocurre qué decirle a esa tonta de Maki-chan cuando la vea! Bueno, no es como si en verdad estuviera preocupada por su salud y llevara estos pastelillos solo para ella... No, claro que no... ¡Pero esa tsundere tiene que asumir lo que le hizo a Nico Nii! ¡Por su culpa, pienso todo el tiempo en su hermoso rostro, sus ojos rasgados, ese gesto que hace con su cabello, lo adorable que se ve cuando se avergüenza! ¡Demonios, Maki-chan, hazte responsable!».
Mientras Nico caminaba inmersa en sus pensamientos, una figura misteriosa se acercaba lentamente a ella por detrás. Una vez que estuvo a la distancia justa, se lanzó al ataque sin darle tiempo a la pelinegra para reaccionar.
- ¡AH!
Dos manos frotaron con fuerza los casi inexistentes pechos de la chica de enorme ego, quien, una vez libre, se volteó para enfrentar a su atacante.
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Caperucita Nico y la Nozomi feroz
FanfictionNico decide ir a visitar a Maki, quien está enferma, y se encuentra en el camino con Nozomi. ¿Se salvará Caperucita de este lobo?