Todos pensamos que los chocolates son dulces, deliciosos, hasta algunos los idolatran. Pero NO siempre es así...
Como les dije, me mandaron a comprar merengues, me alisté y salí, pero mientras caminaba sentí un dulce olor, era un aroma exquisito. Supuse de quien era, la curiosidad de volver a verla me mortificaba, pero decidí controlarme y seguir mi camino.
Caminé y caminé hasta que llegué. La señora Pan de Canela me atendió amablemente, y conversamos un momento. Antes de irme, me dijo:
- ¡ Hey, Mantequilla,... Han vuelto...!- mientras limpiaba nerviosamente la repisa de su tienda-.
No pude evitar sorprenderme, solo me despedí y me fui...
Emprendí mi camino de regreso, pero NO podía más, estaba confirmado, NO solo por mí sino también por la señora Pan de Canela. Estaba confundida y muy angustiada, cuando ese aroma volvió...
Estaba decidida, iría a verla, pero antes debía llevar los merengues.
Llegué a casa de Mermelada, y la señora Mermal me abrió. Subí las escaleras lo más rápido que pude y les dí los merengues a Camotito y Mermelada. Les dije que tenía que salir, pero que volvería más tarde, que NO se preocuparan. Le dije a Camotito que haría un suave sonido con los yogurteles (las plantas preferidas de la señora Mermal) y que cuando lo escuchará me abriera la ventana para subir, y si NO lo hacía, les tiraría manjarinas en la ventana.
Fui a mi casa a recoger algunas cosas:
- Un cuerno de unicornio (tranquilos, en mi dulce ciudad les dan pociones a los unicornios que hacen que regeneren sus cuernos, y se despliegan solos, sin dolor).
- Polvo de Hadas, lo traje cuando fui al país de Nunca Jamás.
- Ojos de araña albina.
-Plumas de cerdo.
- Sangre de elfo.
- Mantequilla de maní.
- Etc.
Ya saben, lo típico que trae una mantequilla para enfrentarse a ella, a... CHOCOLATE.
Sí, Chocolate, hija legítima de Choco Norris, vivimos y nos criamos juntas, pero un verano ella conoció a Vinagre, se hicieron muy buenas amigas, y la llevó hacia un abismo, hacia la maldad.
Ella ya no era un chocolate de leche, si no un chocolate amargo...
Su padre, Choco Norris, es el rey de Chocolandia, muy amigo por cierto de nuestros reyes. Él NO pudo hacer nada para salvar a su hija, ella ahora va de ciudad en ciudad atemorizando a los dulcadanos inocentes, escondiéndose en el bosque con su manada...
Su madre es la reina de agua dulce, pero debido a que NO puede pasar mucho tiempo en tierra firme, NO puede pasar mucho tiempo con Chocolate. Cuando era niña, Chocolate sufrió mucho. La trataban mal porque tenía un acento chocolandés, porque era muy despistada, y algunos muy malvados y racistas la maltrataban por ser un chocolate negro.
Mermelada y yo siempre le extendimos nuestra mano amiga, la apoyamos, sabíamos que en el fondo tenía un gran y blando corazón. Y fue así. Pero todo cambió ese verano... Vinagre, la maldad atrapada en un frasco, hizo que ella tomara mucho rencor a todos los que la habían tratado mal, e incluso a los inocentes.
Se adentró en el bosque con ella, una noche huyó de su hogar, y jamás volvió, las buscaron, pero jamás la encontraron... Pero ahora ella había regresado...
Debía detenerla. Fui a la casa de Maní, y le conté. Él me dió algunas pociones rehabilitantes y emprendí mi camino al bosque.
Escuché una voz que me decía:
- Ven, Mantequilla, acércate y únetenos...-.
Yo le respondí:
- ¿Chocolate? ¡Para, y vuelve a tu hogar, entiende que esto NO te llevará a nada bueno! Mermelada y yo te ayudaremos y seremos felices como antes, ¿recuerdas?- mi nerviosismo empezaba a elevarse-.
De entre las sombras, creo que pude escuchar una respuesta de ella que decía que ya era tarde y que NO podía volver a ser la dulcadana de antes.
Solo sentí ese dulce olor que iba y venía otra vez, y que se mezclaba con un repugante olor a Vinagre...
- Mantequilla \*0*/.