Puede

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Siento su presencia en el mismo momento en el que pongo un pie en la plaza, de la misma manera que un ciego tiene sus otros sentidos más desarrollados. Es algo instantáneo, extraño y acertado, ya que al observar la plaza por unos segundos, lo veo sentado en un banco.  Hace unos años me sentía algo extraña, al poder averiguar por mi estado de nervios si el estaba cerca o no, pero con el transcurso del tiempo, se convirtió en algo rutinario que utilizaba a mi antojo en el momento en el que ponía el pie fuera de casa y, deseaba verlo aunque fuera unos segundos o, como últimamente elegía, evitarlo.

No está solo, jamás lo está.

Acompañado de sus amigos, ríe por (seguramente) alguna estupidez que haya dicho su compañero.

Lo observó, intentando disimular, pero cualquiera podría notar mi mirada fija en el. Puede que el la note, no estoy segura. Puede que el no ignore mi presencia e intente disimularlo como yo, puede que no me hablé porque no sabe que decir... Puede que todo sean fantasías y esperanzas mías, puede que ya no le importe.

Tampoco se porque pienso en esto, en él. Hace años que no hablamos, que ni tan siquiera nos dirigimos la mirada... bueno, yo hago lo último, pero él no lo sabe. Creo.

Pero aún así, ignorando las alarmas de mi corazón y mi mente, me siento en un banco, alejado del suyo, donde tengo una vista perfecta de él.

Puede que ya no le importe absolutamente nada, pero para mi, sin entenderlo y sin querer pensar más, hay una pequeña parte que lo necesita.

Puede que este loca.

Puede que sea cierto.

PalabrasWhere stories live. Discover now