Ella

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¿Conoces ese momento? Ya sabes, ese donde, de una manera o otra, tu vida cambia. Todo a tu alrededor se distorsiona y lo único que puedes pensar es que el mundo no es el mismo.

Pero sí que lo es. Tu eres el diferente.

A lo largo de la vida, tenemos muchos momentos que nos transforman, yo he tenido muchos. Unos que te hacen feliz, otros que te destrozan. Otros que no son perceptibles hasta años más tarde, sentado en el sofá; otros que los reconoces en pocos segundos. Y muchos más. 

El último por mi parte fue hace un año y medio, más o menos.

¿Alguna vez has tenido a esa Persona que te ha apoyado siempre, que te ha visto sonreír y llorar? ¿Por la cual has dado todo y esa Persona lo ha dado por ti? ¿Esa Persona que conoces mejor que nadie, la que sabe tus más profundos secretos, la que es tu amiga, tu confidente, tu hermana de alma? ¿Esa Persona que -años antes- habrías jurado que siempre permaneceríais unidas?

Y no es "esa persona" en minúsculas. Es "esa Persona" en mayúsculas. Persona. Porque para ti es única, siempre lo ha sido.

Yo la tuve. Tuve, en pasado. Ahora no sabes que es, que ha sido de esa persona, de vuestro lazo. Sólo sabes que se ha roto.

Y te das cuenta un día, después de sentirte abandonada por ella. 

Has quedado con la Persona después de meses y, todo lo que has deseado, es que todo fuera como antes. Y los primeros minutos, lo son. Los nervios están ahí, mezclados en el ambiente. Pero tu sonríes como nunca en meses, tu risa es alegre y te sientes la persona más afortunada en el mundo. La tienes a ella, por lo tanto, lo tienes todo y el mundo es un lugar, nuevamente, perfecto.

Pero pasan los minutos y, unas pocas palabras de reproche en tu boca, desean salir. Y tu te muerdes la lengua, porque vaya, no quieres joderla. La has echado de menos, demasiado. Has llorado en tu cama, con tu madre. Así que te callas, con temor a poder perderla.

Pero tu ya la has perdido, solamente no lo sabes.

Y os sentáis, en una cafetería que conocéis de hace años. Estáis calladas las dos, no sabéis que decir. Y ella abre la boca, intenta romper el silencio. Continúa hablando y, mientras ella habla, la observas. 

Y de repente, ahí está. Te asalta en un segundo, te destroza por dentro. No quieres hacerle caso, pero sabes que es inevitable.

Ya no la reconoces. No sois ni la mínima parte de la que solíais ser. Sois unas desconocidas.

El pensamiento te ahoga y, en ese momento, en ese preciso segundo, quieres derrumbarte en medio de la cafetería, recriminarle los meses alejadas, hacerle sentir y saber lo destrozada que te sientes. 

Porque todo ha cambiado.

Pero finges una sonrisa y, con los ojos vacíos, intentas no llorar y, sobretodo, fingir que no ha cambiado nada. Porque la amas. Porque el tiempo puede haber cambiado la relación, pero sigues amándola por sobretodo.

Porque no quieres admitir que ahora, todo ha cambiado.

PalabrasWhere stories live. Discover now