Si tu buscas vida nocturna en Internet probablemente te salgan con pubs, bares o información que le interesaría a gente adulta con intensiones de entretenerse un rato, incapaces de hacerlo solo con su mente.
Lo que escribiré no tiene nada que ver con lo anterior, es otro significado para las palabras "vida nocturna"
Y es prácticamente para aquellas personas que sufren de insomnio, pero eso no es precisamente a lo que me refiero.
Soy de esas personas que se les da por hacer todo lo que no pudieron hacer en el día a las dos de la mañana, ¿por qué? Porque mi mente es un hoyo negro que no tiene fin, y para hacerla callar tengo que mover cielo y tierra. Imposible.
¿Y qué mejor momento para dejar a esa fiera sin control? Naturalmente, cuando ya el día acabó y no sigo pensando en el mundo exterior que tantos problemas trae consigo.
Me encargo de pensar en mil y un historias incompletas, pensamientos libres, versos blancos. Y acabo durmiéndome a las cinco de la mañana sin prácticamente haberme cambiado de posición.
Lo gracioso es que no sufro de insomnio constantemente, pero es que me es difícil callar mi cabeza con tantos pensamientos que trato de concluir, pero con la llegada de unos nuevos, me es imposible. Es decir, quiero dormir, pero no quiero callar mis pensamientos.
¿A alguien le pasa? Seguro que si, pero probablemente no esté leyendo esto.
Este capítulo de mi cabeza es solo unos de los mil pensamientos que se me ocurren cuando ya estoy rodeada de oscuridad, con la manta hasta el cuello. Precisamente a las cuatro veinticinco de la mañana, sin dormir, con el ruido de la verdadera vida nocturna colándose por mi ventana, que me da pereza cerrar.
