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|Arrebol: m

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|Arrebol: m. Color rojo de las nubes iluminadas por los rayos del Sol.|

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Un pequeño niño de cabellos rojizos estaba agachado sobre el pavimento ahora cubierto de nieve, tenía puesta la clásica ropa de invierno, y mantenía un gorrito color verde sobre su cabeza y un cubrebocas afelpado.

Tocaba la nieve con toda la tranquilidad del mundo, sus guantes le ayudaban a que el frío no le quemara.

Quería formar un muñeco de nieve, después de todo no había mucho qué hacer. Sus hermanos eran lo suficientemente grandes como para ir a jugar con él. Diez años de diferencia era demasiado para un pequeño de doce.

—¡Ah! —musitó agobiado. La nieve no cedía, no quería ayudarlo a jugar.

Nieve malvada.

Siguió intentando... Entonces, ¿él no sabía armar el muñeco o era la nieve que andaba de tonta?

—¡Ay! —gritó asustado, llevando una mano a su espalda.

¡Algo lo había golpeado!

¡Un fantasma!

¡Corre! Gritaban sus instintos, pero antes de poder hacerlo una segunda bola de nieve le llegó por detrás, tanta fue la fuerza que lo derribó sobre su muñeco mal hecho.

—¿Estás bien? —preguntó alguien enfrente de él—. ¿Me puedes escuchar?

El pelirrojo se removió hasta enderezarse y poder observar a otro niño un poco más alto que él. Era moreno, se notaba agitado.

—¿Estás bien? —volvió a repetir.

—Eso creo —contestó tallando su espalda—. Alguien me golpeó, dolió sólo un poco.

Sí... Sobre eso, fui yo. Perdón. ¡No quería hacerlo! Bueno sí...

»¡Pero mi intención nunca fue hacerte daño! Creí que me verías para que te dieras cuenta que quería jugar una guerra con bolas de nieve.

—¿Estás loco? ¿Y si yo no quería?

—Por eso, lo siento —dijo cabizbajo el desconocido.

—¡Hiciste que arruinara mi muñeco de nieve!

—En mi defensa eso ni siquiera parecía un muñeco, era más como un monstruo —respondió llevando una mano a su mejilla para simular concentración.

—Ja, ja, ja, qué gracioso.

—¡Lo es! —El desconocido rió.

—¡Ya basta! ¡No es gracioso! —El pequeño pelirrojo hizo un puchero de enojo.

—Está bien, lo siento —dijo parando de reír—. Me llamo NamJoon, ¿y tú?

—No tengo nombre.

«Arrebol» [NamSeok/OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora