Me dicen que no sos real, estoy consciente de aquello. Pero eso no hace que deje de hablarte. ¿Sabés? Sos mi mejor amiga. Sí, también estoy consciente de que esto es una completa locura, que una chica de diecinueve años hable, llore y se ría mientras mira a la nada misma no es algo que se ve todos los días.
Siempre estuviste, desde que era pequeña, solo te cambiaba el nombre, me acuerdo que te llamé Catalina, Milagros, y ahora, recordando una vieja serie, te llamo Sammy, por Samantha. Recuerdo haber escuchado ese nombre siendo una niña y el hecho de que, la que se llamara así fuera una bruja y tuviera poderes me entusiasmaba muchísimo.
-Papá, me encanta el nombre Samantha, quiero llamarme así. -Le dije mientras el programa se emitía por la televisión argentina.
-¿Samantha? es un nombre de prostituta. -Me dijo él.Sabía lo que era ser una prostituta, pero, ¿acaso el nombre te define? o como piensan algunos cuando dicen "tenés cara de llamarte/ser..." no creo que el rostro o el nombre pueda dar algún tipo de información sobre una persona.
Recordé aquella comparación y por eso te llamé así, Sammy. Me dijeron que muchas personas que son prostituidas sienten que su cuerpo es un objeto, que no sirven para otra cosa más que para ocasionar un placer sexual, fingir que también lo disfrutan mientras que por dentro sufren horrores y luego, que deben hacer como que lo que ocurrió no les afectó en lo absoluto. Si vos lo eras, si te sentías así, me entenderías, ¿cierto?Ayer terminé de leer un libro sobre un joven que tenía esquizofrenia, sabés que esos temas me llaman mucho la atención, más si son contados en primera persona. Medité sobre lo que sería el ver y el escuchar cosas que no son reales. Yo no te veo, no te escucho, sé que no estás literalmente acá, pero cada vez que necesito contar algo por milésima vez y no quiero interrumpir a mis amigos o familiares, porque, ya lo saben, te lo cuento a vos. Quisiera saber qué queda peor. Si una adolescente, o bueno, una joven, que habla consigo misma y se da la razón en todo o una que habla sola pero no siempre está de acuerdo.
Siempre nos peleamos, pero te termino dando la razón. Me hacés ver cosas que nadie más puede, es que al estar en mi mente, sabés absolutamente todo, hasta las cosas que nunca dije ni admito.
Recuerdo cuando le conté a la psicóloga sobre vos por primera vez. Me pidió que te dibuje. Insistía en eso aunque le dije muchas veces que no sé cómo sos, porque no te veo.
Había estado pidiéndole que me preste un libro desde que comencé la terapia, tenía tantos que me daba curiosidad saber qué podría llegar a leer una psicóloga para poder seguir estudiando o adquiriendo nuevos conocimientos. Un día se decidió, me prestó un libro sobre una mujer que tenía muchas personalidades. Cada una con un nombre, una edad... como te dije antes, esos temas me interesan, siempre quise ser psicóloga, pero me llamó la atención que me haya prestado justo ese, espero que no hayas tenido nada que ver.Te dibujé. Sí, te dibujé. Me lo dejó de "tarea" para la casa. Realmente dibujé a como me dibujaría a mí misma, con el cabello largo, con algún vestido... y me pidió una edad, creo haber puesto la edad en la que empecé a necesitarte. No me dijo nada interesante sobre eso, pero se guardó aquella hoja arrancada de una agenda llena de contradicciones, en donde pasaba de escribir poemas sobre la esperanza, el amor y el ayudar a escribir poemas sobre la muerte, la soledad y el dolor. ¿Habrá servido de algo pasar dos horas frente a esa hoja con rayas pensando cómo podría dibujarte? no lo sé.
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Cartas para Sammy
Teen Fiction"Cartas para Sammy" es una novela sobre una joven de diecinueve años a quien le escribe a lo que se le llamaría amiga imaginaria, a ella, le cuenta su pasado, su día a día, sus anhelos para un futuro. ¿Pero qué la lleva a hablar con ella misma y no...