Cartas para Sammy

Capítulo 2

"¿Diecinueve años y con una amiga imaginaria?" me dicen los que saben de vos y no entienden absolutamente nada. No los juzgo, suena raro, y lo es. Pero, ¿es que nunca se dijeron a ellos mismos algo? como un "tengo que acordarme de comprar para la cena" o haber hablado en voz alta aunque no estuviera nadie, lastimarse e insultarle a la casa vacía. Realmente todos hablamos solos en algún momento, solo que yo un poco más de lo normal.

Cuando me aburro, te lo digo y te empiezo a contar alguna anécdota graciosa o si estoy triste, te cuento toda mi vida sin saltearme un solo detalle, lo bueno de que no seas real es que no te aburrís, la gente se aburre, se tiene que ir a dormir, tiene que trabajar, tiene que cocinar, estudiar... y tantos verbos más que podría hacerte una lista. Cuando yo también estoy ocupada como ellos, también te hablo, porque si querés, siempre hay un tiempo para lo que en verdad te importa, para lo que en verdad te gusta. Y a mí me gusta hablar con vos.

Otra de las ventajas de que no seas real es que lo que te cuento a vos, queda ahí, aunque a veces me decís "la otra vez me dijiste lo contrario" y sí, lo recuerdo y lo admito. Pero el hacerse amiga de una misma evita decepciones, aguantar la traición si alguien contó algún secreto, evita las burlas, en fin, tantas cosas...

Cuántas veces habré dicho "Sammy, quisiera que fueras real, necesito un abrazo en este momento" y he aquí una de las desventajas de que no seas una amiga real, real en el sentido físico.

A veces siento que te odio, cuando estoy en una charla aburrida con alguien y me hacés recordar algún momento gracioso, me hacés quedar como una loca, ¿qué explicaciones debo dar aparte de darles la razón?

No me imagino yendo a un funeral de alguien a quien no me importa y que me hagas recordar esa anécdota que contó un chico al que le sonó el celular con la canción "celebra la vida". Porque sos así, en los momentos más serios empezás con el "¿te acordás cuando...?"