Capítulo 7.

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Transcurrieron dos días más sin rastro alguno de mi amo, no hacía más que estar en el jardín o con las demás pero lo que más me frustraba era que todas tenían tareas asignadas excepto yo y aunque fue un buen descanso ya era hora de que apareciera, vendría exactamente a las 6 pm, todas le estaríamos esperando en el comedor para cenar juntos, eran las 5 y estaba por darme una ducha nuevamente debido al calor concurrente de todo el día, agua fría recorriendo poco a poco mi cuerpo, nuevamente había recuperado mi color de piel, ya no estaba pálida, ni muy delgada, mi cabello había crecido significativamente y ya necesitaba un corte pero de eso se encargaría él, me gustaban mis pechos el color rosa le luce, mi espalda se había recuperado y las cicatrices mejoraban e iban desapareciendo después de todo no eran tan graves y lo que si quería recuperar era el brillo de mi rostro.
Después de bañarme, y ya que era libre como en casa, salí en toalla mientras las otras me miraban impresionadas pues no era costumbre pero a fin de cuentas ¿A quién le iba a importar esta osadía?, sí, está bien, habían un par de cámaras pero no afectaban el hecho de que le retaría en cualquier aspecto además, no le iba a molestar ver a una de sus sumisas andar por toalla en su casa, total, me la hubiese quitado probablemente en frente de todas y yo solo correría riéndome para mi habitación preparada para una gran y fuerte cogida.
El caso, me dirigía a la cocina estaba decidida a improvisar una mascarilla, ya eran las 5:30 y después de enjuagar mi cara procedería a maquillarme, lo que tome de mi cuarto aquel día que fuimos a ver a mis padres y también, por supuesto, uno de los vestidos que él había escogido de mi closet total… Se me dieron las 6 pm, como todas, tendría que estar en el comedor esperando a que mi amo llegará pero en vez de eso decidí ir a su habitación cerrada todavía y poner cuidadosamente la carta debajo de la puerta esperando hasta este momento para que el viento o cualquier otro improvisto no se la llevará y acabará con mi intento rebelde fallido.
Corrí al comedor y oh sorpresa, ¡Él ya estaba allí! Y lo peor de todo es que NO ME HABÍAN ESPERADO PARA CENAR JUNTOS, para colmo mi silla la habían corrido de su lado, es más, no estaba siquiera ¿¡Qué le pasa!?, estaba alteradísima, realmente tenía hambre aunque más que por eso la razón era poder cenar a su lado, que me viese, que viese mi maquillaje, mi vestido, mi forma de recibirle personalmente ¿Y hace esto?, mientras todo esto transcurría me di cuenta que fruncía mi ceño fuertemente hacia él en específico y escuche su risa
-Llegas tarde Elizabeth, ¿Esa es la forma de recibir a tu amo? –Suelta una carcajada parece que todo esto le hacía mucha gracia pero yo seguía mirándole igual- Tendrás que esperar en tu cuarto preciosa, ya iré para que me digas exactamente porque llegaste 15 minutos tarde a este comedor.
Se veía coqueto, relajado y lo peor es que tenía esa sonrisa de oreja a oreja ¿Qué tanta maldita gracia le hacía? Y o no, no le respondí nada pero tampoco iría a mi cuarto, si iba a comenzar mi travesía lo haría desde este preciso instante, baje la escalera como si fuera la mismísima reina de Inglaterra y no, no era por egocentrismo, tampoco me creía más que las otras sumisas pero me hartaba su actitud y lo pondría en su lugar como él me ponía en el mío, a lo que yo le llamo como “aprendizaje mutuo”, una vez abajo, mi amo comenzaba a presionar su mandíbula, siempre le molestaba en gran manera que le desobedecieran pero estaba de buen humor e incluso si había bajado esa escalera en vez de ir a mi cuarto sabía que quería darme un beso tanto como yo se lo daría, pero no es el caso era momento de ser un poco intensa.
Sus ojos se fijaron en los míos para después repasar poco a poco mi cuerpo, bajo hasta mis pies para repasarme de abajo hacia arriba mientras lo hizo alzo una de sus cejas y tenía una sonrisa maliciosa, le había gustado este vestido y yo sabía que debía hacer, así que caminé lentamente dirigiéndome a su silla, una vez llegué, me senté en sus piernas, él había parado de comer desde el momento en el que comencé a bajar las escaleras, mientras que las demás ya habían terminado sus platos yo solo continué
-Lo siento amo pero mi silla ha sido retirada del comedor y de verdad que deseaba cenar a su lado, además tengo hambre ¿No le parece eso injusto? Así que de ver…. –Y antes de seguir puso su mano contra mi boca, no la presionó sencillamente era una señal de que me callará, estaba neutro, su rostro no mostraba enojo pero tampoco me daba algún indicio de que estaría para soportar insoportables actos de una de sus sumisas
-Chicas, gracias por estar puntual en el comedor para recibirme, gracias por la cena, por el cuidado de nuestro hogar mientras me he ausentado. Me lo he pensado bien y… -Hace una pausa inmediata y respira hondo, está feliz definitivamente lo está, pero mira que es bien pervertido y aunque esté dando un mensaje contundente puso su mano en mi trasero relamiéndose el labio y prosiguió- Quizás no sea sano, ni tampoco necesario tenerlas aquí, puedo darles un apartamento y pagarles por todo lo que han servido en este hogar independiente de nuestra relación. Deseo que hagan sus vidas, conozcan más amos, más gustos y lugares. Si alguna desea quedarse, este es su hogar y no se los negaré pero nuestra relación como rol se ha terminado –Cuando escuché esto mi corazón comenzó a partirse, todo mi plan, mis pensamientos, mi dolor emocional o superación personal habían sido destrozados en ese momento “se ha terminado”, hablaba para todas, algunas lloraban, yo no podía seguir ahí pero cuanto intenté pararme el me detuvo haciéndome una señal de que no me moviese de allí- Se quedarán como cariño mutuo, les daré ordenes de vez en cuando si eso les hace sentir más cómodas pero no me corresponderá lo que hagan con ellas, pueden irse y volver pero las puertas estarán abiertas y cerradas a una hora especifica por temas de seguridad y control. Todas excepto tú Elizabeth poseen un contrato, así que todo lo que haya pasado se cerrara en él y bajo las reglas nuevamente por seguridad de ambos. Tienen dos días para decidir qué hacer con sus vidas, si necesitan remuneraciones por los daños que les llegué a causar alguna vez lo aceptaré sin excepciones, por favor retírense, vayan a sus habitaciones pasaré mañana para recoger sus collares y demás, buenas noches chicas, descansen.
Todas estábamos impresionadas, algunas seguían llorando y se fueron inmediatamente pudieron, otras siguieron allí unos cuantos minutos hasta recapacitar de lo que habían escuchado y yo estaba fuertemente rota mientras él me sostenía para que no me fuese, su comida seguía allí, él se levantó de la silla volviéndome a sentar en ella
-Aguarda un segundo aquí, por favor Eli, no te vayas, quédate ahí ¿Entendiste?
-Sí Am…, Sí –Eso había dolido, esa palabra “amo” ya no formaba parte de una respuesta, trague saliva, oprimí la mandíbula, cerré mis ojos por unos segundos “no llores Elizabeth, no ahora” me repetí constantemente hasta que pude controlarlo-
Después llego con mi cena, corrió una de las sillas para su lado y me hizo una seña para que me sentará allí lo cual hice sin reparar, una vez ambos sentados comenzó a mirarme y a sonreír
-Elizabeth, como decirte esto… Mira, sé que no estas lista completamente –Dice repentinamente su voz no era cálida, ahora más melancólica pero tranquila y yo tenía mis ojos como platos mirando fijamente analizando cada palabra que salía de su boca, intentado comprender por qué- Sé que a lo mejor y te hice hacer muchas cosas de las cuales todavía no tenías conocimiento, la verdad es que deseo que sigas siendo mi sumisa y comprendo si tu decisión es irte a tu casa, estás en tu derecho Eli yo no te detendré también tendrás dos días para pensarlo, me llenas completamente como amo y como lo que deseo que seas, no quiero ocuparme de nadie más que de ti y por ello mi decisión, si voy a hacer algo, lo haré bien de eso no debes preocuparte, estableceremos limites, reglas, no todo debe tratarse de un rol, no solamente quiero ordenarte a veces podríamos incluso salir y hacer cosas divertidas si deseas, solo, piénsalo ¿sí? –Dice mientras me muestra esa sonrisa cariñosa-
Claro que quería ser su sumisa, mucho más ahora pero dejaría que pasara un rato más, hasta que entre a su cuarto y vea la carta.
-Lo pensaré, ahora ¿Me podrías dar de comer? –Sí, tenía muchos sentimientos encontrados en ese momento y realmente quería llorar por la razón que fuese pero no me quedaría con las cosas así, él apartó mi silla y es mi respuesta respecto a eso
- ¿Cómo dices Elizabeth? –Me mira, esta vez todas sus facciones de tranquilidad se borraron, ahora era ese amo coqueto y orgulloso
-Sí, dame de comer –Esta vez sonreí y abrí mi boca para que lo hiciera, él tomo mi plato y efectivamente lo hizo
-¿Desde cuándo me das ordenes tu a mi pequeña? –Dice mientras pone su cara más fastidiosamente egocéntrica
-Desde que quitaste mi silla de este comedor por llegar tarde amo
-Te daré de comer pero tendré que darte unas cuantas palmadas por ordenarme a mí, además ¿Qué es eso de maquillarte?
-¿Te molestó? ¿No te gusta? –pregunté desafiante pero en un tono de sufrida fingida
-Por el contrario, me encanta, te ves hermosa y ese vestido no es el más apropiado, veras que te iba a dar dos días más sin mí pero me obligas a hacer cosas muy sucias Elizabeth
-Era la idea amo –Digo mientras me rio y comienzo a comer por mi cuenta (Obtuve lo que quería, ¡Victoria!)
- Ja ja ja… No seas pervertida Elizabeth, mucho menos con alguien como yo que podría hacerte arrepentir de esas palabras
- ¿Ah, sí? ¿Cómo amo? Cuéntame, me gusta eso del arrepentimiento pero dudo mucho pues lo máximo que podrías darme sería lo que quiero –Digo picaronamente-
- ¿Y qué quieres Elizabeth? ¿Qué te dé de comer otra vez? –Dice mientras ríe sin mucho cuidado de sus palabras
- Bueno sí, algunas personas coloquialmente le llaman comer, darme de comer pero no te olvides que aquí va incluida la bebida, tranquilo, no te preocupes, no soy intolerante a la lactosa –Sé que estaba yendo lejos pero digo mientras guiño mi ojo y vuelvo a sonreír él me sigue el juego
-Ay Eli… Mi Eli terca… ¿Acaso no ves que te estás metiendo a la boca del lobo? –Dice mientras se relame sus labios- Además, me gusta eso de que no seas intolerante porqué tenia tantas ganas de llenarte esa boquita sexy con la que me provocas a ver si te callas un rato o tendré que ser rudo.
-Puedes callarme de dos formas pero definitivamente concordamos en que la primera es la mejor amo –Digo mientras bebo un poco de agua, él se acerca a mí y me da un beso extenso mientras sin soltar nuestros labios se levanta de su asiento y me toma en sus brazos y yo no iba a desaprovechar tan ventajosa posición para postrar mi mano en su miembro y notar lo mucho que deseaba estar dentro de mí, no pude evitar sonreír y me gane una muy fuerte mordida que provoco un gemido en su oído excitándonos aún más.
Me llevó a su cuarto y me pidió que jugáramos a su modo a lo cual accedí inmediatamente
-Eli si acaso hago algo que no te gusta solo dime que pare ¿Esta bien? –Dice mientras saca un lubricante, unas sogas, una mordaza, esposas, pinzas y por fin lencería acompañada de una hermosa cola y orejas lo que intuí que tipo de juego sería
Primero tomo mi rostro y lo acaricio un rato, las luces volvían a estar apagadas así que solo sentíamos pues la oscuridad estaba apoderándose de la situación, después de un par de caricias y yo sonreír por lo que estaría a punto de pasar mi amo me dio un beso breve, agarrándome por el cuello posteriormente hasta dejarme con poco aire y darme otro beso corto, yo sonreí y él me soltó, sabía que él también tenía esa misma sonrisa en su rostro, después acaricio mis hombros, olfateo mi cuello y relamió un poco de él, comenzó a quitar poco a poco el vestido pasando su lengua conforme lo hacía, una vez sin mi ropa yo también procedí a quitársela y él no rechisto en ello, él se sentó en la cama y me hizo sentar boca abajo en sus piernas para ponerme su hermosa cola de gata, junto con las orejas guiándose mientras tocaba pretenciosamente todo mi cuerpo, recibí una palmada muy fuerte y gemí tan duro como pude
-Esto es por responderle y desobedecer a tu amo hace unos minutos gatita rebelde
He instantáneamente recibí tres más mientras presionaba su palma tras hacerlo en mi trasero comenzaba a humedecer, preparándome para lo quería en ese instante. Tomó las esposas, eran suaves así que supuse simplemente eran de adorno para que no hiciese mucho esfuerzo una vez mis manos atrás en mi espalda me arrodillo a la medida de su miembro
-Lame pequeña gatita, te he traído lo que querías especialmente para ti
Yo accedí feliz, de arriba abajo mi lengua recorría cada parte y no dejaba nada sin relamer el tomo mi cabello y comenzó a empujarme más y más hasta que tuve arcadas y se detuvo, me puso nuevamente en cuatro y rudamente sin piedad alguna metió su erecto miembro en mí, yo no paraba de gemir y sabía que él tenía las suficientes ganas para venirse en mi boca y callarme así que en vez de obedecer esta vez me quité como pude y volví a poner mi boca allí, caliente, hirviendo de hecho y me llenó haciéndole honor a sus palabras, no deje ni una gota pero él no estaba agotado, aquí sería la segunda ronda con una mordaza y con cuerdas esta vez, mi castigo por ser mala ahora era el de no poder tener su erecto miembro dentro de mí, solo poder frotarlo hasta que implorase por él.
Al final de tres rondas mi cuerpo no lubricaba más y dejó que descansase junto a él, en su cama, sin un baño de por medio, con el calor reciproco, ambos nos quedamos dormidos instantáneamente no sin antes cruzar una palabra
-Te amo Mr.____ -Dije mientras rodeaba mis brazos en su cuerpo
- Yo te amo mucho más a ti Eli… Mucho más –Dijo mientras me daba un beso en mi mejilla y yo sonreía como tonta en secundaria
Y despertándome al atardecer 12:30 pm para ser exactos, recordé todo lo que había sucedido la noche anterior, aún estaba en su cuarto pero él ya no estaba allí, sonreía, era feliz, pero ¿¡JODER Y LA CARTA!?

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2018 ⏰

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