prologo

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Año 2008

Hacia unos días que en internet y en la televisión se estaba hablando de una nueva enfermedad descubierta por la ciencia, la cual tuvo origen luego de que el permafrost de Siberia perdiera 15 cm por el aumento de la temperatura en la zona. Según investigaciones se liberaron 500 kilos de metano a la atmósfera junto con restos del virus, del cual se estima tiene más de 3 millones de años.
La población no te dio importancia al hecho, desde hace años que científicos e investigadores extraen muestras de permafrost para un estudio del suelo y el pasado que quedó atrapado bajo el hielo, quizás ni siquiera sea algo que pueda transmitirse entre humanos y crear una pandemia. Vaya que fueron ingenuos al subestimar el poder de la naturaleza.

Año 2010

Hace un par de meses se había desatado una pandemia en Siberia, el nuevo virus había saltado de los lobos a humanos o así lo explican los responsables de la investigación. Los síntomas no eran claros, los más comunes eran la fiebre, dolores musculares, comportamiento errático y en casos este se volvía violento. Para cuándo ya se dieron cuenta lo que estaba sucediendo era demasiado tarde, el virus ya estaba en al menos 6 naciones de todo el mundo y seguía esparciendose con libertad.

El anuncio público no tardo luego de que en redes sociales se empezarán a viralizar videos, notas y fotos de las personas contagiadas. Naciones cerraron fronteras mientras que otras siguieron adelante por creer que era un montaje o una exageración por parte de la comunidad científica. Aquellos fueron los primeros en tener una taza de infección del 60% de su población en menos de 5 meses, hospitales colapsados, revueltas públicas, saqueos, la creencia de una extinción, todo escaló al punto en el que el las naciones más afectadas entraron en estado de excepción y las fuerzas militares tomaron el control, masacres, muertes, guerras civiles entre el pueblo y soldados, todo iba de mal en peor. Por otro lado, el virus evolucionaba con una rapidez alarmante, las vacunas eran inútiles, se adaptada con demasiada rapidez tanto biológicamente como en los síntomas de sus huéspedes, lo que antes eran casos aislados de violencia y ataques físicos por parte de los infectados se convirtió en síntomas fijos luego de un par de días, los científicos interpretaron esto como una forma de defensa por parte del virus, el cual era imparable a estás alturas. Los estudios en gente infectada revelaban que sus índices de dolor eran inferiores a la media, casi como si no sintiesen dolor algunos, la adrenalina era ahora más abundante en el torrente sanguíneo y el metabolismo se había reducido de tal forma que estos podían vivir hasta 7 semanas sin una sola gota de agua.

Pasados ya 15 meses de la declaración de pandemia, más de 100 naciones habían caído y la taza de infectados a nivel de población subió al 75%. Aquellas naciones con un alto poder militar resistían con leves dificultades, pero aquellas que no contaban con lo necesario se les dió por perdidas.
Todo parecía apuntar a qué el apocalipsis había llegado para quedarse, estados unidos, China y Rusia se aliaron y sus recursos fueron invertidos en 3 focos, la milicia, la rama científica y en O.M.P.L.S (organización mundial por la supervivencia), está última consistía en en una nueva rama militar que se encargaría de enviar suministros y apoyo a aquellas naciones que aún no habían caído del todo y así poder tener más recursos en esta guerra contra la naturaleza.

-2040-

Me llamo Martin Prados, nací hace 18 años, en 2022. Cuando vine al mundo este era un caos, muerte y miseria era lo que me esperaba si no era lo suficientemente fuerte para afrontar la vida apenas diera el primer paso.

Lo que tuve no fue vida, fue supervivencia, Todo era un sacrificio aún tendiendo pan en la mesa. Cuando cumplí 8 años me enlistaron en la milicia de mi nación, armas, rutinas de entrenamiento, adoctrinamiento, dolor y sufrimiento fue lo que pase por los próximos 8 años siguientes, cada año era más difícil que el anterior, pero el número 8 fue el infierno en la tierra.

Tenía 16 años, era un soldado en toda su palabra, teóricamente hablando. Estaba por graduarme de la academia una vez finalizará la prueba de supervivencia definitiva, estar 2 días en el exterior. Sonaba simple, pero no era así, contaba con comida para 1 día, 2 cargadores de M16, 2 cargadores de Glock y sus correspondientes armas. A estas alturas éramos 60 cadetes listos para ser nombrados soldados, pero ningún entrenamiento nos había preparado lo suficiente para lo que estábamos por enfrentar.

virus. El Comienzo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora