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El timbre sonó, y con eso tiempo después el comedor se fue llenando cada vez más y rompiendo el armónico silencio del que disfruté unos cuantos minutos. Un par de chicas se sentaron en la mesa que estaba en frente de donde yo estaba sentado, cuchicheaban entre ellas y me daban unas miradas rápidas intentando pasar desapercibidas. ¿Realmente tengo cara de matón y por eso nadie se me ha acercado?

Mastiqué con extrema pereza mi sándwich, bebí de la caja de jugo para poder pasar mejor el pedazo de pan. Parecía un jodido niño de dos años tomando su merienda. Entre gente y gente que pasaba hablando como si se les fuera a caer la mandíbula, alguien se atrevió a tocar mi hombro, interrumpiendo nuevamente mi momento de paz. No me molesté en girarme para ver de quién se trataba, así que mejor opté por ignorar a sea quién sea y me concentré en terminar mi "almuerzo".

—Oye maleducado, ¿qué acaso no tienes ni una pizca de conocimiento de lo que son los modales?

Esa voz chillona otra vez, era segunda vez en el día que me la topaba. Ojalá se tropezara de camino a su aula y se rompa las piernas. Me giré y alcé la mirada.

—¿Te crees modelo de Victoria Secret's que estás parada así?— pregunté, aún con la boca un poco llena.

—Para que sepas, este cuerpo se alimenta de muchos carbohidratos a cada segundo. No como a esas escuálidas modelos que viven solamente con  ensaladas y agua de manantial— mientras caminaba, rodeó la mesa y se sentó frente a mi. Apoyó la cabeza en sus manos e hizo una mueca.

—Uh mira niña, lo siento pero no me interesa en lo más mínimo tu puta cadena alimenticia— levanté los hombros para mostrar aún más desinterés. Ella abrió la boca ofendida, por mi parte, di otro sorbo a mi jugo.

—¿Acaso crees que soy un jodido animal para tener cadena alimenticia?

—En teoría, todos somos animales— respondí con tono monótono.

—Que hijo de puta.

—Wow, señorita modales— ironicé— reina Elizabeth, su majestad, ama, señora. Perdone a este pobre chico por faltarle el respeto a la miss educada.

Ella se quedó una rato callada, haciendo sonar sus uñas–garras, pezuñas, o lo que sea que tenga en los dedos–contra la mesa. Segundos después, de nuevo habló:—Me caes bien.

—Pero tú a mi no, que pena niña— di unas últimas mordidas a mi sándwich y arrugué la servilleta en la que venía envuelto y la tiré por ahí sin más.

—Deberíamos ser amigos— sonrió. Era muy cachetona, quizá en un futuro me llegue a dar ternura.

—No gracias, no necesito de nadie. Gracias por su oferta, vuelva...nunca— sonreí fingidamente y me levanté para salir sin prisa.

—¿Por qué eres tan malhumorado?— escuché su irritante voz a escasos metros detrás de mi.

—¿Por qué me sigues? ¿Sabes el significado de la palabra 'no'?— Paré de golpe. Me comenzaba a desesperar la situación, que esta chica no entendiera que quiero estar solo me irrita casi tanto como su voz. Ella chocó con mi espalda, me reí al escuchar sus quejas.

—Ey..— me giré. Estaba sobando su nariz con un puchero en los labios— Sé que eres nuevo y por eso quería ayudarte cuando nos topamos en el pasillo— frunció el ceño.

—Nuevamente gracias, pero no— continúe mi camino, en realidad no sé muy bien dónde pero quería estar solo hasta que empiece la próxima hora. Una mano rodeó mi muñeca, haciendo que me detuviera y me girará por inercia—¿¡Ahora qué!?

Ella me soltó rápidamente, jugó con su pelo de manera que me ponía nervioso. Bajó la mirada un par se segundos y me volvió a mirar:—¿qué clase tienes ahora?

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⏰ Última actualización: Apr 10, 2018 ⏰

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❛Lost Boy❜↣Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora