CAPITULO 2

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Sofía termino mirando a la nada, simplemente agobiada por todas las emociones en su interior, pensando en todo y en nada a la misma vez. Aquel retrato aún le embotaba la cabeza. Su padre parecía tan feliz, tan contento y despreocupado. Lo envidiaba, en verdad lo envidiaba y aún más lo extrañaba mucho.

¡Bip!
-em…- Sofía tomo el celular que había comenzado a vibrar y lo puso en su oído- hola, que sucede?

-estas en la cabaña cierto?, yo estoy en la biblioteca…- decía aquella voz algo distante, esa era Issy- veamonos, donde siempre.

-claro, me vendría bien. Llego en unos 20 minutos –dijo Sofía mientras veía un extraño humo a lo lejos

-okey te veré ahí, no tardes, necesito consumir algo o me vendré abajo – issy sonreía por el otro lado del celular- Sofía? Sofía?... estas bien?.... contesta!

Sofía se quedó mirando fijamente un punto, exactamente de donde salía humo, estaba a unos cuantos metros de distancia no muy lejos, ni muy cercas, habría jurado que algo se movió a lo lejos, una sombra talvez?, bah talvez solo era un ardilla pensó.

-¡¡¡¡Sofía!!!! ¡¡¡CONTESTA!!! – Issy comenzó a levantar la voz

-oh! Lo siento, me distraje un poco –Sofía volvió su atención al móvil.

- no es sorpresa en ti – soltó una pequeña risa- bueno, más te vale no dejarme plantada, te matare no lo dudes.

-no lo hare, adiós –Sofía colgó la llamada y se dirigió a su automóvil, estaba estacionado a un lado de la carretera a unos cuantos metros de la cabaña-

Estando a unos centímetros saco sus llaves y las introdujo en el auto abriéndolo con tan solo un giro, entro al auto sentándose mientras se ponía el cinto de seguridad y encendía el auto comenzando a arrancar, mientras automáticamente se reproducía una lista de música.

Sofia suspiro levemente mientras comenzaba a cantar vagamente.

-oh no…¿qué? Pero si te lleve a revisar hace poco –le decía Sofía al auto

El automóvil comenzaba a detenerse poco a poco.

Sofia dio un largo suspiro y saco las llaves mientras salía por la puerta cerrándola tras de ella abriendo el cofre.

-ok veamos que sucede, pero si yo no sé nada de mecánica –Sofía quedo en blanco al ver todos los cables-

En ese justo momento un automóvil le pasaba por el lado estacionándose enfrente de su auto.

-¿Eh? – se sorprendió al ver al auto detenerse

Se bajó de aquel auto misterioso, un chico de cabello rubio, tenía puestas unas gafas oscuras, un pantalón de mezclilla negro, una camiseta negra, con una sudadera de color verde arriba, era hermoso por el lado que se le viera, y jodidamente sexy además de todo

-¿necesitas ayuda? –decía aquella voz vagamente pero profunda, tan solo con su voz haría que cualquiera se desmayara.

- No me vendría nada mal una mano -

El chico rubio sonrió de lado y se acercó al auto.

-Aceptas ayuda de cualquiera?- el chico estaba inclinado sobre el carro buscando el problema que había en el. Gruño por lo bajo pensando. En teoría si, aceptaba ayuda de cualquiera y lo peor es que nunca se fijaba de quien, nunca se acordaba de quien la ayudase.

-si, de cualquiera- rasco su nuca avergonzada aún sin saber porque.

-deberías tener más cuidado, no todos son buenas personas- fijo la vista sobre su hombro observándola. Ella llevaba unos pantalones color crema ceñidos con una blusa descubierta de los hombros color azul, la cual por cierto combinaba perfecto con sus botas café hasta la rodilla, llevaba el cabello recogido en una especia de moño bajo y los rizos le caían por toda la cara, en definitiva era una mujer preciosa, digna de cualquiera hombre.

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