Las mantas se encontraban pegadas a mi cuerpo. Hacía calor, mucho calor. Un pesado brazo yacía en mi cintura. No podía moverme. ¡mierda! El calor es insoportable y peor con este al costado. Me retuerzo en vano ya que al moverme, el cuerpo a mi lado se apega mas dejando su pierna sobre la mía. Bajo la mirada, y unos fuertes y marcados brazos saltan a la vista. La piel es trigueña. Eso no da ninguna pista para saber de quien era el dueño del cuerpo. Miro mas abajo, tiene unas piernas muy bien formadas, sin embargo, tampoco da indicio para saber quien es el susodicho que se coló en mi habitación, en mi cama.
Un olor familiar llega a mis fosas nasales, huele a chocolate. Solo hay una persona que utilice esa esencia. Wen Jun Hui. Cierro los ojos por un instante. Si, es chocolate. Es Jun. ¿Qué hace en mi habitación? -- oye, Jun, levántate. Me asfixias. – muevo el cuerpo pesado del chino mayor. Se esta despertando. Jun me mira a los ojos, en esta muestra confusión por breves segundos para luego sonreír y soltar un "Buenos días, Hao". Respondo el saludo "Buenos días, Jun. ¿Que se supone que haces en mi habitación teniendo tú la tuya?". Un simple " tuve una pesadilla" sale de la boca del contrario y se vuelve a acostar, quedándose nuevamente dormido, y yo con una expresión de confusión en el rostro.
