Él y su imperfecta perfección

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PRESENTE.

—Es una bonita historia —responde ella, soltando un suspiro enamoradizo mientras me observa con sus ojitos brillantes—. Me gustaría enamorarme de la manera en la que tú lo hiciste.

Le sonrío esperando que sus palabras sean escuchadas por el destino. De hecho, creo firmemente que el destino siempre tiene a alguien preparado para que te enamores perdidamente de alguien. No creo en que alguien no se haya enamorado ninguna vez en su vida. Amores hay muchos: por una persona, por un ser querido, por un amigo, un hijo, la vida, la naturaleza, los animales.

—Entonces... ¿después de eso que sucedió? ¿Dejaron de hablar? —pregunta con la curiosidad brillando en sus pupilas. Parece realmente emocionada con saber el final.

Le sonrío con ternura y me acomodo mejor sobre la camilla del hospital. Miro hacia el techo blanco de la habitación y suelto un suspiro.

—Después de eso no nos vimos más. Era el último día de clases. Él no fue al baile de despedida y aunque no lo busqué en la entrega de diplomas, me quedé con ganas de verlo al menos una última vez.

En sus labios se forma un adorable puchero.

—Yo pensé que terminarían juntos. Pensé que él era el hombre que vino una vez a verte. —se queja mi compañera de cuarto. Definitivamente es una empedernida del amor.

Yo hubiese deseado que él sea ese hombre, pero ése en realidad es mi ex marido. Mi relación fallida con mi ex esposo se debió a engaños de su parte, soledad en medio de la relación y cambios drásticos después de que perdimos nuestro bebé. No me arrepiento de haber estado con él, quizás sí de habernos casado, pero todo eso me dejó una bonita experiencia de haberme enamorado y de haber deseado tener una familia. Al menos nos llevamos bien.

—Quizás y algún día me lo cruce... quién sabe. —le animo, picándole una mejilla de manera amistosa.

—Sí, quizás esté al otro lado de tu hilo rojo.

Claro, ¿cómo mi compañerita no iba a saber sobre ese mito?

—Entonces... —la observo con ojos entrecerrados—. ¿Te sirvió como inspiración para escribir tu primera historia?

No hace falta que se lo piense, ella asiente enérgicamente con ahora una sonrisa que abarca gran parte de su rostro.

—Definitivamente sí. Solo que yo le haré un bonito final feliz, ¿puedo? —anota en la libreta que lleva en las manos. Quizás escribe sobre su final feliz.

Dejo escapar una risa por su pregunta. Yo hubiese deseado que mi historia tuviera final feliz. Aunque todavía tengo mucho tiempo para obtenerlo.

—Claro que puedes. ¿Cómo podría ser?

—Uhm...

Ambas nos quedamos pensando varios segundos, cada una en sus respectivas camillas, mirando el techo de la habitación como si allí hubiera una lluvia de ideas. O quizás y se trata de una televisión imaginaria donde podemos verme junto a él.

—Podría hacer que él te haya buscado en la entrega de diplomas. —sugiere.

—O podrías hacer que yo lo haya buscado.

Mi cobardía me lo impidió. Y es algo de lo que me arrepiento hasta el día de hoy, pero ya no hay vuelta atrás. Algunas noches suelo preguntarme cómo hubiera sido de distinta mi vida si hubiera reunido el coraje suficiente para buscarlo en esa fiesta. Quizás habríamos terminado como amigos, quizás como novios o hasta quién sabe... quizás y podríamos haber formado una familia.

—Sí, así es bonito —acepta— ¿Puedo hacer que se besen en esa fiesta?

Sus ojitos brillan al imaginarse aquella situación; junta sus manos en la forma de la plegaria.

—Puedes. Y... haz que le diga que lo quiero.

—Que lo quieres. Anotado.

Porque como yo no pude decírselo, al menos que en esa historia no se repita todo con exactitud. Porque me quedé con ganas de decírselo, sintiéndolo en todo mi ser.                                            Porque me quedé con ganas de besarlo, aunque sea una última vez.                                              Porque espero todavía cruzármelo y que tengamos un bonito final.                                                            Y porque me enamoré... de él y su imperfecta perfección. 

FIN