¿Sabes que te quiero?

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Sirius Black mira fijamente un punto de la pared. Con los ojos abiertos como platos y los brazos cruzados sobre el pecho, respira acompasadamente. Tiempos oscuros se acercan... Librarse por los pelos de la muerte en el departamento de misterios era solo el comienzo. Y menos mal que nadie lo había visto. Por que sí, aun cuando Fudge ha admitido que Voldemort había vuelto, él sigue siendo un prófugo. Un maldito prófugo...

-Tienes que dejar de martirizarte, ¿sabes?- comenta una voz a su lado, haciendo que Sirius dé un respingo.

El hombre gira la cabeza y se encuentra con Remus Lupin, que lo observa pensativo.

-¿Qué quieres decir?

-Quiero decir que tienes que dejar de vivir en el pasado. Sirius, ya no estás en Azkaban- Sirius suelta un bufido.

-Eso ya lo sé.

-Entonces, ¿qué te pasa?

Parece que Remus no va a dejar el tema. Sirius posa su ojos grises en los ámbar de Remus.

-No me pasa nada.

-Sirius...

-¡He dicho que no me pasa nada!

Al momento se arrepiente de lo que hecho. Remus no tiene por qué pagar su rabia.

-Remus, yo, lo siento...- se disculpa, intentanto arreglarlo.

-¿Sabes, Sirius? Yo también estoy sufriendo- Sirius se sorprende ante esas palabras-. Si, estoy sufriendo, pero disimulo. Y disimulo por ti. Porque aunque has estado evitándome estas últimas dos semanas, aunque me has tratado como una basura, yo sigo manteniéndome fuerte por ti, para que no te termines de derrumbar.

Remus habla con calma, sin gritar. Sirius hubiese preferido que estuviera gritando.

-Pero aun cuando yo hago todo lo posible para animarte, tú no dejas de portarte mal conmigo. Y ya no sé que hacer, Sirius, ya no sé que hacer. No sé que hacer para que dejes de alejarme cada vez que pasa algo.

El silencio inunda la habitación. Sirius se concentra en una mancha de la alfombra y Remus no deja de mirarlo. Pasan los minutos y ninguno dice nada. Sirius es el primero en hablar.

-Lo siento- dice.

-Sabes que te quiero, ¿verdad?- Sirius asiente con la cabeza.

Remus frota las palmas de las manos contra sus muslos y se levanta. Se acerca a la puerta con pesadez y agarra el pomo con la mano izquierda. Pero antes de que pudiera salir del cuarto, Sirius se levanta.

-Remus, espera.

El nombrado frena y gira la cabeza. Vuelve a cerrar la puerta y se sienta de nuevo en la cama. Sirius se coloca junto a él. Le agarra la mano y entrelaza sus dedos con los de Remus. Este aprieta la mano con suavidad, para depositar un beso en la mano de Sirius.

-De verdad siento lo que te dije. Y siento como te he tratado estas últimas semanas.

Los ojos de Sirius se enrojecen, enterneciendo a Remus.

-Sirius...

-No te lo mereces. Es que no te lo mereces, Remus. Eres una persona maravillosa que no ha causado ningún mal. En cambio yo...

-En cambio tú tampoco has hecho nada. No me seas bobo, Sirius - una carcajada resuena en la habitación.

-Ese soy yo. Pensaba que después de tantos años te habrías dado cuenta...- Remus suelta una risilla.

Sirius esboza su sonrisa tan característica y se acerca poco a poco a Remus. Están tan cerca que sus alientos se entremezclan. Los corazones laten desbocados, como los de dos adolescentes. Finalmente, ambos labios se unen en un beso dulce y delicado. Un beso deseado desde hace semanas.

Sirius roza con la lengua los dientes de Remus, juguetón, haciendo que este abriera la boca, dando lugar a una guerra. El sabor a chocolate de Remus encaja a la perfección con el sabor a whiskey de Sirius.

Sirius coloca su mano en la mejilla de Remus, mientras que el licántropo juguetea con el pelo largo de su pareja.

Ambos se sienten como en la colegio. Escondidos en la habitación, a los besos y caricias... Poco a poco, Sirius tumba a Remus sobre la cama sin dejar de besarle. Y cuando el oxígeno comienza a ser necesario, se separa y mira a los ojos ambarinos de SU Remus y suelta una suave risita para después enterrar el rostro en el cuello del hombre.

-¿Qué pasa?- pregunta Remus. Sirius vuelve a levantar la mirada.

-Sabes que te quiero, ¿verdad?

Y ambos sonríen para después fundirse en otro interminable beso. Porque Remus lo sabe. Sabe que Sirius está loco por él, y que él está loco por Sirius. Y, sinceramente, ninguna guerra podrá cambiar eso.

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Pequeño one-shot para alegrar los corazones de los/as shippeadores/as de Wolfstar. Espero que os guste y no dudéis en votar y comentar vuestra opinión. Ocasionalmente, publicaré estas pequeñas historias que se me van ocurriendo.

Un beso, Madame Black.


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